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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Precisiones

En los últimos días, el diario EL PAÍS ha publicado de forma reiterada que 'el Gobierno no va a destinar el excedente de la Seguridad Social del 2001 en su integridad al fondo de reserva de las pensiones, sino que lo va a dedicar a cubrir déficit del Estado y así rebasar el equilibrio presupuestario' (EL PAÍS, 6 de febrero). Asimismo, también se afirma que '700.000 millones de pesetas de excedente de la Seguridad Social de 1999 y 2000 se destinaron a tapar el déficit público y obtener la estabilidad presupuestaria' (portada de EL PAÍS, 30 de enero y sección de Economía del 31 de enero). Esas afirmaciones son absolutamente erróneas, ya que no existe ningún trasvase de recursos desde la Seguridad Social al Estado, ni un solo euro de la Seguridad Social se destina a tapar el déficit del Estado. La cifra del excedente de la Seguridad Social es la válida a la hora de computar el déficit o superávit de la Administración central, con independencia del reparto que se realice de ese superávit, que en el caso de la Seguridad Social se destina bien al fondo de reserva, bien a la tesorería de la Seguridad Social para su propio funcionamiento, pero nunca a la caja del Estado, como se deduce de las informaciones publicadas los días 30 y 31 de enero y 6 y 7 de febrero de 2002. El excedente de la Seguridad Social no financia el déficit de ninguna otra Administración, ni la del Estado, ni las autonómicas, ni las locales. Es en todo caso el Estado el que está asumiendo cargas que eran financiadas por la Seguridad Social con los acuerdos sociales suscritos, como fue el caso de la sanidad -antes buena parte del gasto sanitario lo financiaba la Seguridad Social y ahora lo hacen los Presupuestos del Estado en su totalidad- y de los servicios sociales. Lo mismo se está haciendo ahora, de forma paulatina, con el complemento a mínimos de las pensiones no contributivas.

Desde 1996 el Estado ha asumido gasto que era financiado por la Seguridad Social por valor cercano a dos billones de pesetas y, pese a ello, ha logrado reducir, hasta prácticamente el equilibrio, el déficit del 6% del PIB existente entonces. Esta política de saneamiento, junto a los dos millones y medio de empleos creados, han permitido que la Seguridad Social pase de una gravísima situación financiera a un superávit y un fondo de reserva que son garantías del mantenimiento de nuestro Estado de bienestar.

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