Inspección, ¿qué inspección?
Así le espetó un recién nombrado directivo de la nueva Sanidad madrileña con motivo de las transferencias del Insalud cuando se le presentó el responsable de la Inspección Sanitaria.
Eran pocos días antes del desgraciado suceso ocurrido en la clínica de estética Icema. Y no han tardado en comenzar los comentarios oportunistas: '... la oposición pide más control', '... el ministerio anuncia una regulación...', 'la Administración debe dotarse de un sistema de inspección riguroso...'.
¿Por qué no se acude, se utiliza y se consulta a la Inspección de Servicios Sanitarios?
El colectivo de médicos y farmacéuticos inspectores y de enfermeros subinspectores del Insalud de Madrid está formado por 140 profesionales pertenecientes a la Inspección Sanitaria de la Administración de la Seguridad Social (RD 1427/98, de 3 de junio. BOE número 168) con formación y experiencia en la inspección y evaluación de centros y servicios sanitarios. Asistimos atónitos y anonadados ante la publicación del fallecimiento de esta paciente en una clínica privada y la miserable respuesta de los políticos.
La Administración ya tiene un sistema de inspección riguroso. Sistema basado en dos sólidos pilares: una legislación clara y minuciosa que regula todos los requisitos de autorización, dotación, funcionamiento, control e inspección de centros sanitarios, públicos y privados; y unos profesionales con la consideración legal de Autoridad Pública para el ejercicio de las funciones de Inspección.
El sucio juego de la política y los celos de directivos y responsables de centros sanitarios impide que se aplique la legislación y que los inspectores hagamos nuestro trabajo. Hace muchos años que los inspectores venimos denunciando el deterioro de la Inspección Sanitaria.
En la actualidad tenemos que soportar casos como el de esta clínica ilegal con una doble penitencia: por el dolor humano que supone y el desprestigio profesional que nos ocasiona (aunque la asistencia privada ha estado fuera de las competencias del Insalud). Mientras que nuestros superiores nos dedican a tareas prácticamente administrativas.
La palabra inspección ha ido desapareciendo de las recientes normas legales que regulan la asistencia sanitaria. Hoy están más de moda las 'auditorías externas e independientes' (auditorías del tipo de las que han permitido escándalos como la PSV, Banesto, Gescartera, Baxter, o las de la reconocidísima Arthur Andersen con Enron, y un largo etcétera más). Los funcionarios del Cuerpo de Inspección Sanitaria no somos considerados índependientes (u obedientes) como estas consultoras privadas. Y no somos independientes porque desempeñamos nuestras funciones sometidos a la ley y a los derechos de los ciudadanos, sujetos a una múltiple responsabilidad: administrativa, civil y penal, por eso no interesa nuestro trabajo, y por eso desgraciadarnente el caso de la paciente D. Catalán no será el último.
Desde el día 1 de enero de 2002, como funcionarios, nos encontramos transferidos a la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en el texto de la LOGSCAM y en la organización de la Consejería de Sanidad no se contempla la existencia de una inspección ni cuáles serán nuestras funciones. Los funcionarios de la Inspección Sanitaria del antiguo Insalud podrían distribuirse entre distintos departamentos y las funciones inspectoras diluirse, ¿quién haría la inspección?, ¿quién será el responsable? Que le pregunten a...
Los abajo firmantes, funcionarios del cuerpo sanitario, con esta carta queremos poner de manifiesto la existencia de este colectivo profesional, con formación y capacidad demostrada por la experiencia desarrollada hasta ahora en otros organismos públicos para llevar a cabo las tareas de inspección de servicios sanitarios.
Queremos denunciar el fraude y el engaño que supone para los ciudadanos prometerles planes o nuevas medidas de control mientras se desmantela la Inspección Sanitaria.
Y queremos manifestar nuestra disposición a desempeñar nuestras funciones con lealtad, sometidos a la ley y en defensa de los derechos de los ciudadanos.
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