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Antonio Miró presenta modelos inspirados en el 'arte povera'

La Pasarela Gaudí abre con aires de desafío triunfal a Cibeles

La Pasarela Gaudí abrió ayer sus desfiles con las propuestas de Antonio Miró para la próxima temporada otoño-invierno 2002-2003. Algunas de las texturas de las telas utilizadas por el diseñador, las formas y colores, están inspiradas en el arte povera, movimiento artístico italiano que surgió en los setenta, cuya influencia se nota en las solapas, los trajes cruzados, los abrigos y las chaquetas con aspecto decadente.

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Estilismos traicioneros

El diseñador presentó unos modelos cuya filosofía general es arropar al hombre con tejidos muy cálidos y envolver a la mujer en transparencias de seda plisada. Las prendas masculinas que propone llevan el sello Miró impreso en cuellos y solapas, en la caída del pantalón, de cintura baja, y en la pata ancha. Por su parte, la mujer Miró ha ganado puntos en esta edición, y es más femenina que de costumbre, pues luce una silueta afinada en la que pesa la sastrería clásica con elementos muy masculinos. Se imponen el chaqué y la americana amplia, con pantalones de rigurosa etiqueta y camisas blancas sobrepuestas.

Pendiente del mercado oriental, Miró presenta pantalones de una pieza, de talle bajo, mangas japonesas y prendas cruzadas, que combina con vestidos de corte femenino, escasamente prácticos. Los tejidos de base, lanas, algodones y sedas se mezclan con lanas gastadas, rayas diplomáticas, tweeds y bordados sobre punto.

En la colección de la diseñadora Totón Comella, que se presenta bajo las siglas, TCN, destaca su capacidad para mezclar las prendas íntimas con otras destinadas a vestirse sin etiquetas todo el día. Lo último en su repertorio son unas pocas piezas de calle, sugerencias de un tipo de mujer, entre moderna y sofisticada, con las que intenta pasar al mundo del prêt-à-porter.

Lo más destacado de la colección de Nuria Mora fue la salida a la pasarela de Eugenia Silva ataviada con floridas superposiciones que dejaban ver distintas versiones de un mismo tejido. Más precisa estuvo con sus propuestas para fiesta, con terciopelos bordados y faldas largas, encajes transparentes y románticos tocados.

La más fuerte de las apuestas de Joaquín Verdú es la mezcla de conceptos, que consigue cosiendo cancanes de tul bajo volantes de punto de gran volumen. Introduce el romanticismo bordando el punto y combinándolo con la blonda.

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