'Sólo quiero trabajar por los niños'
Los hijos del ecuatoriano muerto en el Maremàgnum llegan mañana
'Sólo quiero trabajar para poder sacar adelante a los niños'. Ivonne Guzñay, la viuda de Wilson Pacheco, el ecuatoriano muerto en el Maremàgnum tras recibir una paliza de los vigilantes del complejo, rompe a llorar cada vez que habla en público. Desde que llegó, el viernes pasado, apenas ha hablado y ayer, en el modesto local de la Asociación de Ecuatorianos de Cataluña, aseguró que no tiene fuerzas para hacerlo.
Aun así, entre lágrimas agradeció a la sociedad catalana el apoyo prestado a la familia: 'Estoy muy agradecida por todo lo que han hecho por nosotros', dijo. Rodeada de su cuñada y de los responsables de la asociación, que han estado a su lado en todo momento, Ivonne también manifestó su intención de trabajar y quedarse a vivir en Cataluña. 'Pero no lo sé', apuntó con un hilo de voz. Hasta hace unos días, Ivonne vivía en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, donde subsistía en muy precarias condiciones con el dinero que le mandaba su marido. Su intención era reunirse con su marido cuando la situación de éste lo permitiera.
Piso para una nueva vida
Los tres hijos de la pareja llegarán a Barcelona el miércoles acompañados por su abuelo materno, pero no asistirán al funeral de su padre. 'Son muy pequeños', dijo ayer Javier Pedreño, de la asociación de ecuatorianos, quien añadió que se el entierro se realizará 'tan pronto sea posible', una vez realizada la ampliación de la autopsia, solicitada por el abogado de la familia.
Los Pacheco han solicitado también al Ayuntamiento de Premià de Mar, donde residen, que los servicios sociales intenten localizar un piso para que Ivonne y los tres pequeños, de seis, cinco y dos años, puedan comenzar una nueva vida. Provisionalmente residirán con la madre y la hermana de Pacheco, pero en la casa viven otros cuatro familiares y se les ha quedado pequeña.
Otra asociación de ecuatorianos, la Asociación de Latinoamericanos Manos Abiertas al Mundo, ha anunciado que se hará cargo del alquiler del nuevo piso hasta que Ivonne pueda vivir por sus propios medios.
La familia de Wilson Pacheco manifestó ayer su intención de pedir que se le dejen ver, aunque sean dolorosas, las imágenes recogidas por las cámaras del puerto donde se grabó la paliza que recibió la víctima antes de ser arrojada al mar. La policía portuaria tiene un sistema de vigilancia que permitió grabar la paliza y los vídeos han sido entregados a la juez que instruye el sumario.
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