La Delegación del Gobierno regularizará a la familia de Pacheco

La Delegación del Gobierno en Cataluña regularizará la situación en España de la esposa y los tres hijos de Wilson Pacheco, el ecuatoriano que murió en el Maregmànum de Barcelona después de recibir una paliza y ser arrojado al agua. La regularización se realizará por razones humanitarias, tal y como había solicitado el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y comportará la concesión de permisos de residencia y de trabajo.

Pacheco, de 26 años, estaba casado y tenía tres hijos de uno, cinco y seis años, que llegarán mañana a Barcelona. La viuda, Ivonne Guzñay, de 25 años, llegó el pasado viernes para asistir al funeral de su marido, que se ha retrasado a causa de una ampliación de la autopsia. La víctima había solicitado el pasado mes de julio un permiso de residencia a la Delegación del Gobierno en el que aseguraba que estaba soltero.

El ecuatoriano fallecido trabajaba como mozo de almacén en Premià de Mar, pero estaba pendiente de obtener una oferta formal de trabajo para lograr el correspondiente permiso. Su hermano, que le acompañaba la noche de los hechos en el Maremàgnum, tampoco estaba regularizado, ni su madre, también residente en el Maresme. El hecho no sorprende si se tiene en cuenta que de los 30.000 ecuatorianos que viven en Cataluña, sólo una tercera parte tiene regularizada su situación.

Por otra parte, la magistrada Asunción González, titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Barcelona, levantó ayer el secreto de sumario del caso que decretó el pasado miércoles. Jordi Galdeano, el abogado de la familia de Pacheco, recurrió contra esa decisión al considerar que no estaba justificada y que, además, la juez no la motivó jurídicamente. Ayer le dieron la razón, como ya ocurrió hace unos días, cuando la juez también accedió a todas las peticiones que le planteó el abogado. Entre ellas, que se dictara una orden internacional de detención contra James Anglada, el portero del bar Caipirinha al que se atribuye el lanzamiento de de Pacheco a las aguas del puerto.

La policía confía en detener a Anglada en breve, pero el abogado de la acusación sospecha que puede haber huido. Precisamente el riesgo de fuga es el principal argumento que esgrimió otra juez para encarcelar a los vigilantes David Gascó y Antonio Fernando Quincoces, y al portero del bar Mojito Mariano Romero.

Ampliación de autopsia

La ampliación de la autopsia que también reclamó la familia ha confirmado que el cadáver no presentaba hematomas, aunque eso no es incompatible con que recibiera una brutal paliza. El hecho de que fuese golpeado en ciertas zonas y que pasase siete horas sumergido en las aguas del puerto hasta la recuperación del cadáver pudo contribuir a eliminar la aparición de signos de violencia. Al margen de todo ello, las imágenes grabadas por la Autoridad Portuaria y entregadas al juzgado no dejan lugar a dudas de que la acusación de homicidio contra los tres encarcelados formulada por la juez está justificada, según fuentes judiciales.