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La deuda externa, en el banquillo

Los grupos antiglobalización arremeten contra la especulación financiera y el dominio del Norte sobre el Sur

La especulación financiera y la deuda externa, como las dos grandes losas que impiden el desarrollo de los pueblos, recibieron ayer las mayores críticas en la primera jornada de trabajo del Foro Mundial Social de Porto Alegre, que reúne a 40.000 activistas y dirigentes de los movimientos antiglobalización. Propuestas originales y arriesgadas, irrealizables unas y dignas de ser tenidas en cuenta otras, se escucharon en los numerosos debates, mientras en uno de los auditorios un simbólico tribunal internacional de los pueblos iniciaba un juicio contra la deuda de los países de Asia, África y América del Sur.

En un foro donde abundan los símbolos, el tribunal dictará hoy sentencia después de escuchar numerosos testimonios contra 'un crimen de lesa humanidad llamado deuda externa'. El veredicto estará acompañado de un cacerolazo contra la deuda externa de América Latina. Integran el jurado seis personas, entre ellos el premio Nobel de la Paz de 1970, Adolfo Pérez Esquivel. 'La deuda es impagable e injusta y ya ha sido pagada con el hambre, el dolor y la miseria de nuestros pueblos', dijo la argentina Nora Cortiñas, de la asociación Madres de Plaza de Mayo-línea fundadora. La diputada filipina Lourdes González, que también aportó su testimonio, coincidió en que 'es fundamental no pagar la deuda, porque el pueblo no la contrajo'. La guatemalteca Rosalva Gutierres, coordinadora de la campaña de Vía Campesina, reconoció: 'Nuestra lucha es difícil, pero no es imposible'.

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El economista belga Eric Toussaint, que preside el Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, señaló que el monto total de la losa financiera que pesa sobre los países en desarrollo es apenas el 5% del total de la deuda mundial y 30 veces menos que la deuda de Estados Unidos, por lo que se podría condonar, afirmó, sin ningún riesgo de quiebra del sistema financiero.

Argentina, con una deuda que alcanza los 152.000 millones de dólares, entre pública y privada, y Brasil (198.000 millones de dólares) son los dos países más endeudados de la región. El pago de la deuda, sólo de los intereses, implica una hemorragia de los recursos, como tratan de explicar estos días las autoridades del Estado de Rio Grande do Sul, cuya capital es Porto Alegre. De cada seis reales que recauda el Gobierno, tres y medio van a la caja del Ejecutivo federal, prisionero de una deuda externa enorme.

El caso argentino, en suspensión de pagos y con el sistema financiero al borde de la quiebra, es el ejemplo más repetido a la hora de presentar como fracaso estrepitoso las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa trataron de aplicar durante los últimos 10 años.

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Junto a la deuda, otra palabra maldita que está presente en buena parte de los debates y conferencias es especulación, entendida como sinónimo de fraude que se beneficia de los flujos de capitales que escapan a todo control. Precisamente, la organización que dio el impulso inicial al foro de Porto Alegre es Acción por la Tributación de las Transacciones financieras en Apoyo a los Ciudadanos (ATTAC), de raíz predominantemente francesa. 'Los países tienen derecho a protegerse del movimiento internacional de capitales. Hay que controlarlo y es posible hacerlo', dijo Nicola Bullard, animador de la conferencia sobre el control de mercados financieros, 'para evitar los efectos desestabilizadores de la fuga masiva de capitales'.

Ante la globalización financiera hay que adoptar medidas globales. La voz en Porto Alegre es unánime en este ámbito. ¿Cómo controlar el movimiento de capitales? Con un impuesto global, con la llamada tasa Tobin. Se trata de una propuesta de James Tobin, el premio Nobel de Economía, que recomienda un impuesto del 0,1% sobre las transacciones especulativas. Otra de las alternativas pasa por penalizar fiscalmente los beneficios de las empresas multinacionales.

Bullard enumeró algunas iniciativas para desalentar los movimientos especulativos, como puedan ser la limitación de la propiedad de acciones y de obligaciones de deuda pública en manos de no residentes en un país, la intensificación del control bancario que permita combatir con mayor eficacia la existencia de paraísos fiscales (donde diversas entidades de crédito tienen filiales no declaradas), y el reconocimiento del derecho de injerencia en aquellos países que no cooperen.

Las reformas en la esfera de cada país tienen que ir acompañadas de una amplia reforma del sistema financiero internacional, subrayaron ayer numerosos ponentes, que propusieron un reequilibrio entre países del Norte y del Sur en los órganos directivos del FMI y el Banco Mundial. 'Hoy pueden plantearse reformas radicales por el fracaso del modelo liberal, como ha demostrado Argentina', aseguran.

El foro social se mueve entre la utopía y el pragmatismo de quienes creen que 'otro mundo es posible', la consigna central del evento. Todos aquellos a los que el escritor uruguayo Eduardo Galeano convocó a 'caminar juntos' en un mensaje televisado enviado a la sesión inaugural y que, el jueves por la tarde, marcharon por las calles de Porto Alegre hasta culminar en una fiesta animada y colorista, en la que las banderas rojas se mezclaron con las de Brasil y la del Partido de los Trabajadores (PT), verdadero anfitrión de la fiesta, en su condición de partido de Gobierno de la ciudad que acoge la cumbre y de este Estado brasileño poblado por algo más de 10,2 millones de habitantes.

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