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EL FUTURO ENERGÉTICO ANDALUZ

La fuentes renovables producirán el 12% de la energía en 2010

El plan para fomentar el uso de residuos vegetales prevé 18 millones de euros en ayudas

Las renovables aportaron el 5,7% de la energía primaria consumida en Andalucía en 2000. Un porcentaje exiguo comparado con el 55% generado a partir del petróleo, la principal fuente energética. La diferencia es descomunal, pero las energías limpias tienen tres bazas a su favor para aminorar las distancias: no son recursos agotables -las reservas petrolíferas mundiales, al ritmo actual de crecimiento, garantizan el abastecimiento durante 41 años-, no son contaminantes -el petróleo es el responsable de la mitad de las emisiones de CO2 en la Unión Europea- y no se importan. Y una de las grandes carencias energéticas de Andalucía es su dependencia del exterior, como evidencia su bajo nivel de autoabastecimiento (sólo el 9,8% en 2000), que el próximo PLEAN aspira a incrementar con el fomento de las energías renovables, entre otras medidas como el impulso de la utilización de fósiles autóctonos.

La Junta de Andalucía ha asumido el objetivo comunitario de, en el año 2010, producir el 12% de la energía consumida en su territorio mediante procesos renovables. El PLEAN, que expirará en 2006, fija para ese ejercicio una producción del 9,3%. La biomasa y la eólica serán, con diferencia, los grandes puntales de los que dependerá que se cumpla el objetivo. En el escenario de partida, la biomasa (obtenida a partir de residuos agrícolas o forestales) es ya la de mayor peso entre las renovables (90%), pero su papel como generadora de electricidad es aún bajo. Como medidas de apoyo, el PLEAN plantea ayudas para construir 24 instalaciones que funcionen con residuos, fundamentalmente oleícolas, frente a los 10 proyectos ya existentes.

Calefacción con biomasa

En lo referente a la producción de energía térmica, la Junta prepara un plan de promoción (Probiomasa) para elevar el consumo hasta las 649.000 toneladas equivalentes de petróleo en 2010. Para lograr este horizonte se contemplan ayudas a la inversión en instalaciones para calefacciones y agua caliente en colegios, hoteles, invernaderos y viviendas, entre otros. La inversión global alcanzaría los 48 millones de euros (8.000 millones de pesetas) para el periodo 2001-2006. Las ayudas públicas previstas son de 18 millones de euros (3.000 millones de pesetas).

En el caso de la energía eólica -en Andalucía se genera en la actualidad el 6,8% del total nacional-, el documento incide en la necesidad de mejorar las infraestructuras para evacuar la potencia instalada. La gran traba al desarrollo eólico reside en la limitación técnica del sistema eléctrico para absorber la energía producida por los aerogeneradores por el carácter aleatorio de su producción. La potencia eólica máxima admitida a nivel nacional se estima en 10.000 megavatios. Andalucía, según el documento, pretende disponer de 3.191 megavatios en 2010, lo que representaría un gran salto desde los 150 megavatios del año 2000.

La potencia prevista, sin embargo, es sólo un tercio de las solicitudes presentadas en 2001 por los promotores. La planificación realizada por la Junta concentra la producción sobre todo en las comarcas malagueña de Antequera-Guadalteba (700 megavatios) y gaditanas de Tarifa (575 megavatios) y Janda (450 megavatios).

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Como novedad, el plan diseña la introducción en la estructura energética andaluza de los biocarburantes. La puesta en marcha de esta industria, que se incentivaría con subvenciones, acarrearía una doble ventaja al asegurar 'la posibilidad de continuar con su actividad a un gran número de agricultores' y producir 'combustibles ecológicos'. La Unión Europea permite aplicar rebajas fiscales para fomentar su uso en el transporte.

Sobre la utilización de la energía solar, el documento aboga por 'abandonar las políticas subvencionadoras' en favor de las medidas legislativas como la obligación de utilizar instalaciones solares en viviendas de promoción pública y privada, edificios públicos y hoteles, si bien el programa PROSOL continuará vigente hasta 2006.

Una ley para frenar el derroche

El consumo energético, que ha sido tradicionalmente un indicador del desarrollo económico de un territorio, pierde peso en favor de la eficiencia energética. Una economía puede crecer al tiempo que ahorra energía. Sin embargo, son las sociedades con más poder adquisitivo las más dadas a derroches energéticos. 'No sólo gasta más energía de la que sería necesaria para obtener un determinado beneficio, sino que utiliza ésta incluso en supuestos en los que ni siquiera le hace falta', reza el borrador. El PLEAN recoge una serie de actuaciones dirigidas a combatir el derroche, entre las que figura la promulgación de una Ley de Ahorro y Eficiencia Energética, que se prevé aprobar en los primeros años de vigencia del plan. Como medidas planteadas para lograr un ahorro energético del 2,9% en 2006 (el 6,5% en 2010) se mantendrá el fomento de la cogeneración -producción simultánea de energía eléctrica y térmica- y la sustitución de los derivados de petróleo por gas natural. El documento también hace hincapié en la necesidad de intervenir en los distintos sectores productivos, en especial en el de los servicios, 'ya que hasta la fecha no se han realizado los esfuerzos pertinentes de cara a acometer medidas de ahorro'.

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