'La Corte Suprema no está al servicio del poder político'

La Corte Suprema es, junto a los políticos, blanco de las mayores críticas en los cacerolazos que proliferan por toda Argentina. Ampliado de cinco a nueve miembros a su gusto y conveniencia por el ex presidente Carlos Menem, el alto tribunal es para muchos ciudadanos un apéndice del poder político. Las iras se han encendido tras la última decisión de la Corte de avalar la congelación de los depósitos bancarios en el llamado corralito. Quien ocupa el Ministerio de Justicia en el Gobierno del peronista Eduardo Duhalde es un viejo crítico de la ampliación de la Corte Suprema. 'Si fuera legislador, me opondría de nuevo. Pero ahora no lo soy, soy ministro de Justicia y hay una Corte de nueve miembros creada por una ley, a la que voté en contra', dice Jorge Vanossi, primer radical que ocupa esta cartera en un Gobierno peronista.

'El país vive una crisis sin precedentes en la historia, peor que la crisis del 30'

Pregunta. ¿No le parece que como legislador optó por una postura clara y ahora como ministro mantiene una postura distinta?

Respuesta. No. El Ejecutivo no va a interferir en la labor del Parlamento, como no interfiere en la de los jueces. Es el Parlamento el que debe recoger esa ansiedad o esa expectativa, si es que la hay, y no el Ejecutivo. No se puede modificar la composición de la Corte con una varita mágica, porque sus miembros tienen una estabilidad garantizada por la Constitución.

P. ¿Cree que la Corte ha estado al servicio del poder político?

R. Si usted analiza algún fallo que haya coincidido con la aspiración del poder político de turno, puede ser que sí. Pero si analiza el conjunto de los fallos, creo que no se puede decir que haya habido una alineación sistemática unánime junto con el poder político.

P. Pero Menem amplió el alto tribunal de cinco a nueve miembros, tras lo cual en numerosos casos el Gobierno obtuvo el respaldo de la Corte Suprema por una mayoría automática.

R. Los miembros de la Corte son seres humanos y también pueden equivocarse. Yo he sido muy crítico con la Corte. Pero sostengo que el que realmente tenga fundamentos graves, que los presente ante el órgano competente para hacer efectiva la responsabilidad de los que integran el tribunal.

P. ¿Si usted no fuera ministro de Justicia iría a los cacerolazos contra la Corte?

R. No, porque no es mi estilo de expresión. Escribiría artículos. Criticaría todo lo que me parece mal y elogiaría todo lo que me parece bien. Respeto todas las formas de manifestación, pero como no hay un estilo único, pido que se respeten otras formas.

P. Pero esas manifestaciones provocaron la caída de dos presidentes en 10 días. Es decir, podrían llevarse también a los miembros de la Corte.

R. No lo veo así.

P. ¿La seguridad jurídica está en entredicho tras la aprobación de la ley de emergencia?

R. El país sufre una crisis sin precedentes en la historia argentina, peor que la del treinta. Y en los momentos de crisis hay otro tipo de limitaciones que están contempladas en la mayor parte de las naciones. Lo que ha dicho la Corte Suprema de Justicia, que en nuestro país tiene a cargo la palabra final en materia de interpretación de la Constitución y de protección de las garantías, es que las limitaciones pueden existir siempre que sean razonables.

P. ¿Teme usted una cascada de recursos judiciales de las empresas privatizadas, entre ellas las españolas, contra las disposiciones tarifarias del Gobierno?

R. Las empresas tienen intereses y deben defenderlos, de modo que nosotros no nos vamos a desmayar ni a enfermar porque se interpongan acciones judiciales.