La mancha de hidrocarburo era de baja concentración y se diluyó por sí sola

A la contaminación del río Ebro por mercurio se sumó la del jueves, una mancha de un kilómetro de largo de un compuesto de hidrocarburos que, una vez analizados ayer por el Departamento de Medio Ambiente, no tenían concentraciones superiores a los límites establecidos para aguas prepotables. Los análisis tampoco detectaron mercurio.

La mancha estaba compuesta por hidrocarburos en concentraciones comprendidas entre 52 y 82 microgramos por litro y restos de tetracloruro de carbono, tricloroetileno y percloroetileno.

Las medidas adoptadas por efectivos de Protección Civil para parar la mancha a la altura de Móra d'Ebre resultaron inútiles puesto que la mayor parte del producto se diluyó en el agua. El consejero de Medio Ambiente, Ramon Espadaler, confirmó que todavía se desconoce el origen del vertido del hidrocarburo, aunque aventuró que podía deberse a 'una fuga en el sistema de turbinas de centrales eléctricas o en la limpieza de material agrícola'.

Este segundo vertido contaminante originó otro aluvión de quejas sobre la escasa vigilancia medioambiental en el río por parte de alcaldes, ecologistas y partidos de la oposición.

El PSC e IC-V presentaron ayer una petición de convocatoria de la Diputación Permanente para que el Gobierno catalán dé explicaciones sobre estos dos vertidos, y ERC lo ha pedido a través de un comunicado. El PSC e IC-V solicitan la comparecencia del consejero de Medio Ambiente; del de Sanidad, Eduard Rius, y de Francesc Sancho, delegado de la Generalitat en las tierras del Ebro.