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Los agricultores del entorno de Doñana desarrollan un plan contra la erosión

Los agricultores del entorno del Parque Nacional de Doñana aplicarán nuevas técnicas recogidas en un proyecto aprobado por la UE para evitar la erosión del suelo en los cultivos arbóreos y la colmatación de las marismas del espacio natural, dos de los problemas más graves que afectan a la zona. El proyecto, presentado a la UE por Asaja y con un presupuesto de 789.693 euros (131.393.859 pesetas), tiene el apoyo de la Diputación de Sevilla y de la Consejería de Medio Ambiente, y para su aplicación se cuenta con la empresa Syngenta y la asociación de olivareros Opracol Sevilla.

La iniciativa, denominada Doñana sostenible, se aplicará hasta 2004 en parte de los terrenos afectados por el vertido tóxico de Aznalcóllar en 1998 y en las localidades sevillana de Sanlúcar la Mayor, Carrión de los Céspedes, Huévar, Benacazón, Aznalcázar, Pilas y Villamarique, y en Chucena e Hinojos, de Huelva.

Las nuevas técnicas que se emplearán se decidirán tras el análisis exhaustivo del suelo, según dijo el secretario general técnico de Asaja-Sevilla, Miguel Afán de Ribera. El objetivo inicial es aplicar estas técnicas en 300 hectáreas de suelo del entorno de Doñana y durante el primer año se marca como objetivo la selección de 75 hectáreas, lo que se ha superado porque ya se han elegido 120 hectáreas de 90 parcelas, apuntó el dirigente de Asaja.

Olivar y frutales

La zona en que se ejecutará el proyecto está constituida por suelo agrícola con predominio del olivar y en menor medida por frutales, como cítricos, nectarinas, melocotones y ciruelas, así como con algunas viñas.

Ese terreno es arenoso y, en ocasiones, el excesivo laboreo utilizado en los cultivos arbóreos ha implicado una progresiva degradación de los suelos y ha aumentado la compactación de la tierra a la vez que genera 'suelas de labor' casi impermeables, que reducen la infiltración profunda de las precipitaciones y aumentan las escorrentías.

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Afán de Ribera explicó que, además, la mezcla y remoción de los horizontes por laboreos muy profundos dejan el suelo suelto y expuesto a los arrastres, cuando no son los mismos surcos de las labores los que facilitan, en pendientes, la generación de arroyadas y barranqueras.

La tierra de estos cultivos arrastrada por el agua llega hasta las marismas de Doñana, que de esta forma se colmatan, precisó. A este problema ambiental, según el dirigente de Asaja, se añade el bajo nivel de participación activa de los agricultores en la gestión del territorio, por lo que el proyecto incluye la creación de un Foro del Olivar que permita implicar más a los agricultores. Otro de los objetivos del proyecto es reducir los focos de contaminación difusa de aguas superficiales y subterráneas procedentes del suelo agrícola. Este proyecto, que financia casi al 50 por ciento la UE, está en sintonía con los planes de regeneración hídrica en Doñana.

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