El 'thriller' pícaro de Barry Levinson
Bruce Willis, Cate Blanchett y Billy Bob Thornton protagonizan 'Bandits'
Una superestrella del Hollywood de acción, una actriz australiana con pedigrí en obras de Shakespeare y un actor, director y guionista que desaparece en sus papeles detrás de un par de dientes falsos y mal peinado: una extraña combinación para una comedia negra como Bandits, nueva obra de Barry Levinson basada ligeramente en una historia real, en la que la mezcla de Bruce Willis, Cate Blanchett y Billy Bob Thornton funciona. 'La química que se ve en la pantalla es la misma de detrás de las cámaras. El mayor problema era que no podíamos parar de reírnos', afirma Bruce Willis. Bandits navega entre el thriller y la parodia. Es una comedia que nace de un suceso poco gracioso: la historia de unos atracadores apodados los 'bandidos de una noche' por su costumbre de secuestrar al gerente de la sucursal bancaria y a su familia a última hora del día para ir a primera hora al banco y llevarse el dinero sin violencia.
Conocedor por experiencia de que el reparto lo es todo, el proceso fue rápido y llevado por el instinto. Willis fue el primero en apuntarse por su deseo de alejarse de las películas de acción de las que ya se ha aburrido. Con Billy Bob Thornton había intercambiado opiniones cuando trabajaron en unas pocas escenas de Armageddon, rodaje del que se despidieron con ese siempre presente deseo de actuar juntos, 'dado que en algo como Armageddon tan sólo se trata de mantenerse en cámara mientras los efectos especiales dominan la pantalla', apostilla Thornton. Para Blanchett fue 'un soplo de aire fresco fuera de los corsés de Elisabeth', confirma la actriz, cansada de las ofertas repetitivas que recibía de Hollywood tras el papel que le dio la candidatura al Oscar.
Levinson siempre asegura que su carrera es como sus gustos cinematográficos: ecléctica. 'Sigo siendo el niño que iba al cine todos los sábados y se veía lo que le echaban, ciencia-ficción, suspense, comedias, cualquier género me encantaba', recuerda. Es una filmografía que aún no cuenta con películas de vaqueros o de romanos, aunque le gustaría, en la que sus comienzos se dieron en la comedia pura y dura. Marty Feldman, Mel Brooks Tim Conway o Carol Burnett son algunos de sus primeros contactos con este medio que han dejado huella en el resto de su carrera. 'Siempre me gusta poner toques de humor porque hace el material más creíble', acepta. En Bandits, el reto era hacer una comedia para adultos, un género muerto en estos tiempos en el que la palabra humor es asociada con chistes burdos. 'En estos días, el término comedia para adultos asusta', reconoce el autor de Rainman y La cortina de humo. 'De todos modos, hacer una película asusta porque, a no ser que tengas algo como El planeta de los simios o una gran secuela de efectos especiales que te garantice el primer fin de semana, siempre parece que has sido un fracaso', añade.
Con una recaudación de 40 millones de dólares en seis semanas en EE UU y dos candidaturas al Globo de Oro para Thornton y Blanchett, fracaso no es la palabra asociada con Bandits. 'Lo mío está más allá de ser hipocondríaco, porque soy ese tipo de personas que no pueden tener un libro de medicina cerca sin sentir todos los síntomas', dice Thornton, que le dio a su personaje todas sus fobias, incluida la que le producen los muebles antiguos o los payasos. Una combinación que contó con los refuerzos de otros miembros del clan Willis, como sus hijas Tallulah y Scout, esta última autora del sonoro eructo de la película. 'Es su talento más personal, disponible al oído de todo el público', bromea su padre.
El don de la ubicuidad
Es una ironía que uno de los últimos trabajos de Billy Bob Thornton se titule The man who wasn't there (El hombre que no estaba allí), firmada por los hermanos Joel y Ethan Coen, porque si hay algo de lo que este actor puede estar seguro en estos días es de que posee el don de la ubicuidad. Junto a Bandits, su nombre aparece como protagonista en Monster's ball y The man who wasn't there. Otro estreno, Waking in Reno, amenaza en breve y además está su álbum, Private Radio, y sus premios, por el momento dos candidaturas a los Globos de Oro. 'Es un gran actor de carácter que nunca quiere repetirse', dice Levinson. 'Supongo que hago lo que puedo, dado mi nivel de superestrella y el dinero que gano', comenta no sin sarcasmo, dada su meteórica carrera desde su descubrimiento como actor, guionista y director con Sling Blade. Una fama que ha crecido por su matrimonio con Angelina Jolie. Sobre la pareja se han contado historias de tatuajes, vampirismo o sillas eléctricas en su sótano. 'Lo de los tatuajes es cierto', afirma. 'Pero el resto no son más que historias. La gente se decepcionaría viendo lo normales que somos'.
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