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EL FIN DEL TRATADO ABM

Putin cree que la ruptura del ABM es un error, aunque no amenaza la seguridad de Rusia

La decisión constituye un revés para el presidente ruso tras su apoyo a Washington

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó ayer de 'error' la decisión norteamericana de abandonar el tratado contra misiles balísticos (ABM), pero aseguró que la medida -reiteradamente anticipada por los dirigentes de EE UU-, no es una sorpresa ni una amenaza para la seguridad nacional de la Federación.

Putin, que reaccionó con una alocución televisiva al anuncio del presidente George W. Bush, conversó ayer mismo por teléfono con el líder chino, Jiang Zemin. Según el servicio de prensa del Kremlin, ambos líderes coincidieron en su enfoque sobre el mantenimiento de un equilibro estratégico en el mundo y la necesidad de salvaguardar la estabilidad y la seguridad.

Al igual que Rusia, China se ha opuesto a que EE UU abandonara el acuerdo bilateral que Leonid Brezhnev y Richard Nixon firmaran en mayo de 1972 y que ha sido la piedra angular de la arquitectura de desarme construida a lo largo de tres décadas. A diferencia de Rusia, sin embargo, China carece de un potencial nuclear capaz de garantizar eventualmente la penetración del escudo nuclear planeado por EE UU, por lo que algunos comentaristas rusos expresaban ayer temor a una nueva carrera de armamento. Putin subrayó ayer que Rusia y EE UU se distinguen de 'otras potencias nucleares' por 'disponer de un sistema eficaz de superar la defensa antimisiles'.

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A las seis de la tarde de Moscú (dos horas menos en la España peninsular), el embajador norteamericano Alexander Verbshow denunció oficialmente el tratado ABM en el Ministerio de Exteriores de Rusia. Poco después de las ocho, Putin explicaba su postura en televisión. Hace menos de un mes en vísperas de su viaje a Washington y en plena euforia de las relaciones ruso-norteamericanas, el presidente aún aseguraba confiar en salvar el tratado. Ayer, sin embargo, fue escueto y, evitando reacciones emocionales, trató de minimizar los daños de la decisión sin precedentes de EE UU.

Vacío legal

Rusia continúa fiel a su idea de 'reforzar las bases jurídicas internacionales en el ámbito del desarme y evitar la difusión de armas de destrucción masiva', señaló Putin, según el cual 'no hay que permitir un vacío legal en el campo de la estabilidad estratégica y no hay que socavar el régimen de no proliferación de armas de destrucción masiva'. El 'nivel actual de las relaciones bilaterales entre la Federación Rusa y EE UU no sólo debe conservarse, sino utilizarse también para elaborar cuanto antes nuevos marcos de las relaciones estratégicas', dijo Putin.

El presidente insistió en la necesidad de 'formalizar jurídicamente' los acuerdos de reducción 'irreversible' y 'verificable' de armas estratégicas ofensivas con EE UU, a un nivel de 1.500 a 2.000 cabezas nucleares por cada parte. Sobre este punto +ambos países siguen negociando con la esperanza de firmar un acuerdo para la visita del presidente Bush a Moscú a mediados de 2002. De acuerdo con la cláusula que establece un plazo de aviso previo de seis meses, el tratado ABM dejará de ser válido oficialmente el 13 de junio de 2002.

La decisión norteamericana constituye una bofetada política para el presidente Putin, que, superando viejos estereotipos, ha apoyado vehementemente a EE UU en la coalición antiterrorista. La capacidad de disuasión de los arsenales nucleares rusos es suficiente para los próximos 10 o 15 años, pero la decisión unilateral norteamericana da al traste con las ilusiones de desarrollar una relación en términos de igualdad entre Moscú y Washington en el terreno militar. Diferentes políticos rusos mostraban su desilusión ayer.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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