El Banco de España admite que los precios pueden subir con el euro
Caruana cifra entre 0,2% y 0,4% el impacto de la nueva divisa en el IPC
El Banco de España cifra entre un 0,2% y un 0,4% el impacto máximo en la inflación de la introducción del euro en el caso de que se produjeran grandes abusos al alza en la conversión de precios, según indicó ayer Jaime Caruana, gobernador de la institución monetaria. Caruana pidió a los comerciantes que no aprovechen la llegada de la nueva divisa para encarecer sus productos a través del redondeo.
Cambia la moneda, pero no deben hacerlo los precios. En la recta final para la entrada en circulación del euro, el gobernador del Banco de España hizo un llamamiento a las empresas para que se comprometan a respetar las reglas en el proceso de conversión de pesetas a la nueva divisa y mantengan los precios. Caruana, sin embargo, confía en que la buena voluntad de los empresarios, los mecanismos de la competencia y la actual desaceleración económica sirvan de freno ante posibles abusos.
'Si el redondeo se realiza conforme a lo establecido, el proceso será neutral', indicó el gobernador durante un seminario sobre el euro dirigido a periodistas, organizado por la Sociedad Estatal de Transición al Euro. A continuación, reconoció: 'Si el comercio trata de ir hacia precios psicológicos, en el peor de los supuestos se produciría un aumento de los precios de entre un 0,2% y un 0,4%'. El Banco de España advierte ahora sobre un eventual repunte de la inflación después de haber insistido en repetidas ocasiones, al igual que las autoridades económicas españolas y comunitarias, en que la conversión de precios no tiene por qué trasladarse al Índice de Precios al Consumo (IPC).
Dos hipótesis
Los datos proporcionados por Caruana se desprenden de un estudio realizado por el Banco de España sobre una muestra de 4.000 productos. Se convirtieron sus precios a euros y se aplicaron varias hipótesis a la hora de cuadrar las cifras. En el supuesto de que los comerciantes aplicaran a rajatabla lo establecido (redondear el tercer decimal al céntimo más próximo), el impacto en la inflación sería nulo. 'E incluso se podría registrar una pequeña reducción', puntualizó. Si, por el contrario, se tiende al alza hacia los llamados precios psicológicos -los terminados en cero, cinco o nueve, que son más atractivos para el consumidor-, el IPC se resentiría hasta cuatro décimas. Caruana se mostró optimista sobre esta este último supuesto: confía en que no se llegue a producir y, en cualquier caso, 'no parece que el euro tuviese un impacto significativo'. De producirse, este efecto se repartiría en varios meses, quizás más allá del 1 de marzo de 2002.
El temor a los abusos en el redondeo se acentúa y los llamamientos para evitarlos se suceden, mientras la realidad muestra que la subida de precios se está produciendo ya, antes del 1 de enero. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, los precios se incrementaron de media un 1% sólo entre septiembre y noviembre como consecuencia de la próxima entrada del euro. Los mayores aumentos se dan en las panaderías (15%).
'No hemos detectado nada relevante', aseguró al respecto el secretario de Estado de Economía, Energía y Pymes, José Folgado, que también participó en el seminario. Folgado aseguró que el Gobierno no tiene una 'preocupación especial', porque no cree que los empresarios 'se dediquen a hacer tonterías'.
Sólo las entidades financieras están obligadas a respetar las reglas del redondeo. La mayoría de los comercios se han acogido a un código de buenas prácticas por el que se comprometen a hacer lo mismo. En la práctica, no obstante, pueden acogerse a la libertad de precios y hacer lo que quieran.
Respecto a la entrada en circulación del euro, Caruana explicó que todo marcha según el calendario, sobre todo en la predistribución de monedas y billetes.
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