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Las terapias antisida actúan diferente según la etnia del paciente

Los blancos caucásicos podrían responder mejor a los tratamientos que los africanos

Miquel Noguer

La codificación del genoma humano ha dado el pistoletazo de salida a una carrera para conocer mejor las reacciones de los diferentes individuos y grupos étnicos a los tratamientos médicos. La lucha contra el sida no es la excepción y comienzan a proliferar las investigaciones sobre la influencia de la genética en la enfermedad. ¿Hay alguna etnia que responda mejor que otras a las terapias? Científicos de la Universidad de Lausana creen que esto es muy posible y, de hecho, han aislado dos genes cuyo estudio induce a creer que algunos grupos étnicos africanos podrían responder peor a los tratamientos que los blancos caucásicos.

Estas investigaciones podrían dar respuesta también a viejas preguntas acerca del VIH. Según muchos científicos, sólo a través de la genética se podrá saber por qué razones existe entre el 2% y el 3% de la población que, a pesar de exponerse al virus del sida, nunca se acaba infectando. También esperan que la lectura del genoma humano acabe explicando por qué el 5% de los seropositivos no desarrollan nunca la enfermedad aunque no sigan ningún tipo de tratamiento.

'Los europeos tienen un mejor nivel de bienestar, que influye en los tratamientos'

La Universidad de Lausana (Suiza) ha investigado siete genes humanos para conocer qué influencia tienen en la respuesta a los tratamientos. Al menos dos de estos genes tendrían, según estos científicos, una importancia básica para constatar que las diferencias genéticas entre individuos serán clave para las futuras terapias. El director de la unidad de VIH de esa universidad, el español Amalio Telenti, explica que el primer gen importante para los tratamientos y que tiene más o menos presencia según los grupos étnicos es un gen del citocromo P 450. Se trata de un gen básico para regular la metabolización de las sustancias químicas que componen los tratamiento y que modifica la cantidad de medicamento en la sangre.

Los científicos han aislado un segundo gen encargado de codificar la glicoproteína P, una proteína que expulsa el medicamento de las células y que modifica el nivel de absorción de la sustancia por parte de las células enfermas. Una variante de este gen la tienen sólo el 25% de los europeos, contrastando con el 80% de los africanos de raza negra. Otra variante del gen, la que en ocasiones puede hacer que las células concentren más eficazmente un tratamiento, la poseen el 25% de los europeos, mientras que en África, y según Amalio Telenti 'casi no la tiene nadie'.

Estas diferencias son las que inducen a pensar que los actuales tratamientos podrían ser menos eficaces entre los africanos, aunque esta teoría todavía tiene sombras importantes. Una de ellas, según Telenti, es que 'hasta ahora no se ha podido comparar en igualdad de condiciones la respuesta al tratamiento de un europeo y un africano'. 'Los europeos tienen a su alcance un mayor nivel de bienestar y más recursos sanitarios, lo que influye positivamente sobre cualquier tratamiento'. Otro de los factores que puede distorsionar las diferencias es que el cuerpo humano compensa la carencia de determinado gen con otro mecanismo que haría funciones parecidas. Identificar estas posibles compensaciones es otro de los retos.

Los indicios son claros pero todavía es pronto para afirmar con rotundidad que determinado grupo étnico responde mejor que otro a los tratamientos. Telenti, sin embargo, es optimista y cree que a medio plazo habrá conclusiones. A ello ayudará un estudio que se está realizando en Suiza con una muestra de 1.000 personas infectadas por el VIH. Se trata de saber cómo influye el patrimonio genético de cada individuo en la evolución de la infección y cómo responden al mismo tratamiento.

Todos los participantes tienen que firmar un documento en el que, entre otras cosas, autorizan a que se haga una lectura exhaustiva de su genoma, algo que causa ampollas en amplios sectores de población. Todo ello está lentificando la investigación, pero sus impulsores esperan los primeros resultados el próximo año. En cualquier caso, Telenti recuerda que la adaptación de los tratamientos a las particularidades genéticas de cada individuo o grupo étnico es hoy en día una prioridad para la industria farmacéutica: 'Es preocupante que las diferencias genéticas puedan dar problemas a la hora de aplicar tratamientos. Por eso es tan importante avanzar en esta línea de investigación'.

Una enferma de sida en el hospital McCord de Suráfrica
Una enferma de sida en el hospital McCord de SuráfricaPETER WHITE

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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