PSOE y PP se cruzan reproches por el viaje de Zapatero a Marruecos
Los socialistas prometen 'lealtad' al Gobierno
La visita a Marruecos del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en vísperas de Navidad, ha originado la enésima polémica entre los socialistas y el Gobierno. Mientras los populares acusaban al líder socialista de 'divismo' y de 'entrometerse' en la resolución de la crisis entre ambos Ejecutivos, los socialistas dejaban clara su 'absoluta lealtad' al Gabinete, que, según ellos, está siendo informado puntualmente de los preparativos del viaje.
Primero ha sido un murmullo pero el tono ha ido subiendo. El Partido Popular dejó claro a lo largo del fin de semana que la visita de Rodríguez Zapatero a Rabat, del 19 al 21 de diciembre, le disgusta mientras no esté resuelta la crisis diplomática desatada con la llamada a consultas del embajador marroquí en Madrid, Abdesalam Baraka, a finales de octubre.
Rafael Hernando, el portavoz del PP, expresó abiertamente ayer lo que desde el jueves repetían fuentes del Ejecutivo que no querían ser identificadas. 'El afán de divismo de Rodríguez Zapatero no beneficia a nuestro país', afirmó, 'sino que sólo da bazas a Marruecos' para intentar resolver el contencioso a través del cauce de la oposición.
El líder socialista justificó el jueves su viaje, que incluirá una audiencia con el rey Mohamed VI, como un intento por 'desenredar' la crisis. Presentarse como mediador, aseguró Hernándo, 'es una tremenda frivolidad sin precedentes en la política exterior española'.
La responsable de las relaciones internacionales del PSOE, Trinidad Jiménez, intentó ayer salir al paso de las críticas al viaje recalcando que el líder socialista y su partido 'ha estado y estará defendiendo los intereses de España'. Insistió además en que los socialistas han actuado con lealtad porque han mantenido informado al Ejecutivo de los preparativos de la visita de Rodríguez Zapatero.
La llamada a consultas del embajador incitó a Rodríguez Zapatero a aplazar su viaje, que quedó supeditado a la vuelta a la normalidad en las relaciones entre los Gobiernos de España y Marruecos. Como la crisis se prolonga desde hace mes y medio, el líder socialista cambió, aparentemente, de parecer y desempolvó su proyecto de viaje. Al hacerlo, el PSOE se puso en contacto con Miquel Nadal, el secretario de Estado de Política Exterior, que no se ha mostrado hostil al proyecto, según fuentes socialistas. 'Cuanto más se sube en la jerarquía del Gobierno mayor es, sin embargo, el descontento con la visita', explica un alto cargo de Asuntos Exteriores. '¿Por qué Rodríguez Zapatero no puede esperar a que amaine la disputa para coger el avión?', se pregunta.
Rodríguez Zapatero será, presumiblemente, tratado con todos los honores durante su estancia por el anfitrión, el primer ministro socialista Abderraman Yussufi, y por el rey, que se ha mostrado, aparentemente, dispuesto a retrasar sus vacaciones invernales para recibirle.
Yussufi, que ha estado completamente al margen de la crisis diplomática desatada por Rabat, busca, a través del huésped español, desempeñar al menos un papel en el desenlace del contencioso, según fuentes socialistas marroquíes.
Está por ver, sin embargo, si el monarca, del que depende en buena medida la superación del conflicto, querrá otorgar al jefe socialista español un papel de mediador o, al menos, de mensajero entre Rabat y Madrid. En el entorno del monarca y en la administración marroquí hay división de opiniones sobre la oportunidad de poner en manos de Rodríguez Zapatero la llave que abra la puerta de la normalización de relaciones.
Si finalmente lo hace, colocará al Ejecutivo español en un dilema: aceptar la mano tendida a través del dirigente socialista o prolongar la crisis cuando arranca la presidencia española de la Unión Europea.
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