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Miles de palestinos prometen vengar la muerte de un mítico líder de Hamás

El Ejército de Israel abre una investigación oficial sobre la colocación de la bomba que causó la muerte de cinco escolares en Gaza

La indignación palestina por los 'métodos sucios' utilizados por los israelíes amenaza con enconar la Intifada. Los dirigentes de la revuelta han anunciado represalias para vengar el asesinato de Mahmud Abu Hannud, número dos de Hamás, perpetrado el viernes por misiles lanzados desde un helicóptero contra su vehículo. Y también la muerte de cinco escolares de Gaza en la explosión de una mina antitanque. Ayer, en un esfuerzo por calmar los ánimos, el Ejército de Israel reconocía la posibilidad de un error.

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Mahmud Abu Hannud, de 34 años, era uno de los líderes indiscutibles y míticos de las Brigadas de Ezzedine Al Kassam, el ejército secreto de Hamás. Este guerrillero vivía desde el pasado mayo en la clandestinidad, tras haber logrado escapar con vida de un bombardeo de aviones F-16 israelíes contra la prisión de Nablús, donde se encontraba detenido.

El viernes no tuvo suerte. No logró escapar de la trampa que le habían preparado con minuciosidad los servicios secretos del Shin Beth. Un helicóptero de combate disparó varios misiles, a la señal de un colaborador, contra el vehículo en el que viajaba Hannud junto con dos de sus colaboradores: los hermanos Mamun y Aymane Hachayke. Aunque Hannud logró salir del coche en llamas, fue abatido minutos después por nuevos disparos de misiles, cuando trataba de huir en otro vehículo.

El otro episodio que ha turbado a los palestinos ha sido la muerte de cinco niños de Jan Yunes, de entre 6 y 14 años, cuyos cuerpos quedaron descuartizados el jueves pasado por la explosión aparentemente fortuita de una mina antitanque israelí.

Los dos incidentes sacaron ayer a millares de palestinos a la calle, en una jornada de duelo nacional, convocada por el presidente Yasir Arafat. Hubo manifestaciones en Nablús y Jenin, al tiempo que se enterraba al líder de Hamás. Pero además hubo concentraciones en Belén, Ramala y Gaza.

Los líderes del movimiento fundamentalista aprovecharon la ocasión para clamar venganza y anunciar inminentes represalias contra Israel. El más claro fue Abdelzaziz Rantisi, portavoz y responsable político de Hamás en Gaza, quien aseguró ante 20.000 correligionarios que estos ataques tienen el respaldo de Estados Unidos. 'Esto es una guerra entre nosotros y ellos', proclamó.

'Es una provocación de Israel. Intentan boicotear la iniciativa de paz de la Casa Blanca y de la Unión Europea', sentenciaba, impotente, el ministro de Información palestino Yasser Abed Rabbo, refiriéndose a la sucesión de incidentes de los tres últimos días y a la misión de pacificación que enviados de la Casa Blanca iniciarán hoy en la zona.

La izquierda y los pacifistas israelíes también están preocupados por los métodos sucios de Ariel Sharon. Reclaman el fin de la 'guerra secreta' contra los palestinos y una investigación en profundidad sobre la muerte de los cinco escolares, como primera medida para 'apaciguar los ánimos'. El diputado israelí Yosi Sarid, número uno de la oposición, dirigente del partido Meretz, se ha mostrado el más exigente al reclamar al Ejército que diga 'toda la verdad' sobre la muerte de los cinco niños.

En medio del clamor y las críticas, el Ejército de Israel reaccionó. Lo hizo parcialmente para evocar, por primera vez desde que se inició la Intifada, la posibilidad de un error, al colocar la bomba trampa en el camino que los cinco niños tomaban para ir a la escuela, en un punto que normalmente utilizan los guerrilleros para disparar contra el asentamiento de Gus Kativ. Además, se anunció la apertura oficial de una investigación.

El asesor del primer ministro, Avi Pazner, y el ministro de Asuntos Exteriores, Simon Peres, justificaban ayer las ejecuciones de los líderes de la Intifada, afirmando que Hannud era un 'terrorista', que había participado en el atentado a una discoteca de Tel Aviv, el pasado junio, y a una pizzería en Jerusalén, donde se registraron 36 muertos y más de 100 heridos.

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