Una carretera de 150 kilómetros plagada de riesgos
La seguridad es la principal preocupación durante todo un camino donde existe un vacío de poder
Son apenas 150 kilómetros. Lleva casi ocho horas recorrerlos. La carretera de Jalalabad a Kabul es cualquier cosa menos una carretera, ocho horas de botes sobre un camino de piedras y agujeros. A ambos lados, sólo desolación y, de vez en cuando, algún viajero tan ansioso de noticias como los propios periodistas que se dirigen a la capital.
Ningún signo de la Alianza del Norte. Los talibanes han huido, pero nadie les ha reemplazado. Un auténtico vacío de poder. Las fuerzas del fallecido general Masud sólo han llegado hasta el puesto de control de Puli Chocri, a una veintena de kilómetros de Kabul. Al menos hasta el pasado domingo, cuando esta enviada especial hizo el mismo trayecto que ayer puede haber costado la vida a cuatro periodistas y a su traductor.
'Aquí estuvo la primera línea de retirada de los talibanes', explica Mohibullah Rabbani, en Mashallah Kamar, una venta a unos 50 kilómetros del punto de partida. 'Hace cuatro días se fueron a Jalalabad con los árabes y los paquistaníes que les acompañaban', asegura. Mohibullah, que regenta esta venta de carretera, dice estar contento con la paz, pero preocupados con la seguridad.
'Estábamos contentos con el sistema de seguridad de los talibanes, pero no sabemos cómo va a funcionar con el nuevo Gobierno', puntualiza cauteloso. La seguridad es la principal preocupación. 'Espero que vengan aquí y que podamos volver al trabajo. '¿Qué tal está Jalalabad? ¿Quién la controla?', pregunta Mohibul.
La provincia de Jalalabad, al este de Afganistán y limítrofe con Pakistán, fue conquistada la pasada semana por líderes tribales opuestos a los talibanes. Sin embargo, algunas bolsas de resistencia de los talibanes y de guerrilleros árabes, pertenecientes a la red terrorista Al Qaeda, dirigida por Bin Laden, siguen combatiendo en la zona.
Varios convoyes de periodistas han utilizado esta ruta durante los últimos días para acceder a Kabul, la capital afgana, desde Pakistán pasando por Jalalabad. Los periodistas se exponen a todo tipo de riesgos y de incidentes en la zona de Jalalabad. Un grupo de reporteros filipinos ha contado que fue asaltado y robado en esta peligrosa provincia el pasado domingo.
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