El Parlamento Europeo rechaza la unificación de los impuestos del tabaco

El Parlamento Europeo rechazó ayer la propuesta de unificar los impuestos del tabaco, lo que habría supuesto para España una considerable subida del precio de la cajetilla de tabaco. Por 136 votos a favor, 330 en contra y 24 abstenciones, la Eurocámara rechazó la propuesta de la Comisión Europea porque considera que tendría un impacto muy negativo en la inflación de la Unión Europea, un efecto que sería excesivo en los países del sur, como Grecia, Italia, España, Portugal, además de Luxemburgo.

Bruselas, sin embargo, se negó a retirar la propuesta, por lo que volverá a una comisión parlamentaria. El comisario de Mercado Interior, Frederik Bolkestein, expresó su decepción por el voto parlamentario contra una propuesta que la propia Eurocámara había solicitado en 1996. David Byrne, el comisario de Sanidad y Consumo, expresó esa misma decepción de forma más dura: 'El voto del Parlamento no se justifica de ninguna manera. El 70% de los fumadores empieza a fumar antes de los 18 años y ya se convierte en adicto. Está demostrado que el precio es un factor fundamental para aminorar su consumo. Así que si el asunto vuelve a la Comisión, mi postura va a ser la misma'.

La queja del ponente del informe en el Parlamento, el socialista griego Giorgios Katiforis, vino por el típico desencuentro institucional. Para Katiforis no es de recibo que la propuesta se haya pactado entre la Comisión y los gobiernos de los Quince sin oír primero al Parlamento Europeo.

Bruselas quiere armonizar los impuestos del tabaco de manera que, aparte del impuesto especial del 57% de venta los cigarrillos, se añada un mínimo de 70 euros por 1.000 cigarrillos. Esta propuesta supondría para España un aumento del precio de la cajetilla de tabaco en 72 pesetas. El Consejo de Ministros de la Unión Europea redujo este impacto, que en el caso español quedaría en 46 pesetas. La subida que se haría en dos tramos: un primero de 33 pesetas y un segundo de 13. Además, la medida no sería efectiva desde el primer momento ni para Grecia ni para España, que disfrutarían de una prórroga hasta el 31 de diciembre.