EE UU admite que ha lanzado bombas de 7.000 kilos

EE UU prosigue con su escalada en la guerra de Afganistán. Portavoces del Pentágono reconocieron ayer que sus aviones habían utilizado bombas de 7.000 kilos, las armas convencionales más potentes que existen, en los ataques contra las fortificaciones talibanes al norte de Kabul. Esas bombas de gran tamaño, que se probaron por primera vez en Vietnam y se lanzan con paracaídas, crean una bola de fuego que incinera cualquier persona o material combustible en un radio de 500 metros. Según la cadena de televisión ABC, los artefactos han sido lanzados dos veces contra los talibanes.

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, indicó ayer que el uso de bases aéreas en Tayikistán, ofrecidas por el Gobierno del país y examinadas estos días por técnicos estadounidenses, permitiría 'mejorar la efectividad' de los ataques aéreos. Rumsfeld, recién vuelto de una minigira por Rusia y países vecinos a Afganistán, afirmó que se sentía 'satisfecho' por la cooperación que percibía en la región, y anunció que el número de soldados de élite estadounidenses desplegados junto a la Alianza del Norte se había duplicado desde la pasada semana, lo que elevaría la avanzadilla a unos 200 efectivos, pero no quiso confirmar, 'por prudencia', los supuestos éxitos militares anunciados por dirigentes de la Alianza del Norte en su intento de avanzar hacia la ciudad de Mazar-i-Sharif. Sí negó que los talibanes hubieran derribado un helicóptero estadounidense y causado la muerte a sus cuatro ocupantes, tal como afirmaron ayer los portavoces de Kabul.

La guerra psicológica se intensifica al mismo ritmo que los bombardeos. Cientos de miles de octavillas han sido lanzadas durante el fin de semana sobre territorio afgano, en las que aparece una sola frase: 'Estamos vigilando'. Y al lado una fotografía del mulá Omar, máximo dirigente del régimen talibán, y el número de matrícula de su todoterreno.