Kabul quiere entregar a Cruz Roja el cadáver de un supuesto norteamericano muerto en su poder

El régimen talibán intenta entregar el cadáver de un estadounidense. Su embajador en Islamabad, Abdul Salam Zaif, anunció ayer la muerte del ciudadano norteamericano que desde hace días decía tener en su poder, además de indicar que ya son 95 los soldados estadounidenses que han muerto en territorio afgano. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reconoció haber recibido una petición de los talibanes para que traslade el cuerpo, pero exige aclarar la identidad del fallecido antes de hacerse cargo de sus restos mortales. 'Sí, hemos recibido la solicitud de los talibanes para transportar un cuerpo de Kandahar a Pakistán', confirmó a este diario Pascal Duport, jefe adjunto de la delegación del CICR para Afganistán.

Para ello, y siguiendo procedimientos habituales en estos casos, esa organización humanitaria ha puesto dos condiciones: establecer y confirmar la identidad del fallecido y localizar a algún familiar a quien entregar el cadáver. Duport, que declinó facilitar datos sobre sexo, edad o nombre del muerto, manifestó que resultaba 'difícil de decir' si efectivamente se trataba de un norteamericano. 'Hemos pasado los datos de que disponemos a la Embajada de Estados Unidos en Islamabad, y estamos a la espera de su respuesta', explicó.

Preguntado sobre la información de que disponían, el portavoz del CICR se limitó a precisar que eran 'elementos básicos' sin dar más detalles. 'Fue detenido en Spin Boldak hace algunos días', explicó el embajador Zaif en referencia a la ciudad afgana que se encuentra al otro lado del paso fronterizo paquistaní de Chaman. 'Intentaba hacerse pasar por ciudadano paquistaní y fue encarcelado en Kandahar', prosiguió el portavoz talibán, 'se puso enfermo y cuando su salud empeoró fue trasladado a un hospital, donde murió'.

Zaif, que hace algunos días había informado de la detención sin dar más detalles, tampoco disponía ayer de datos sobre la identidad o la ocupación del infortunado. 'No sé en qué trabajaba, pero no pretendió ser periodista', manifestó. 'Había cambiado su nombre por uno paquistaní, así que tal vez era un espía', dejó caer el representante talibán.

Los talibanes se pusieron en contacto con la oficina del CICR en Kandahar el domingo por la mañana. Les informaron de que el cadáver se hallaba en el depósito del hospital Mir Wais de esa ciudad del sur de Afganistán y les solicitaron que lo trasladaran a Pakistán. Es la primera vez desde el inicio de los bombardeos, el pasado 7 de octubre, que el CICR recibe una petición de este tipo. Con anterioridad, su personal fue autorizado a visitar a los ocho trabajadores humanitarios occidentales detenidos por predicar el cristianismo.