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El Gobierno ya prometió en 1992 un nuevo túnel en Vielha, pero las obras no han comenzado

Representantes políticos del Pirineo piden que se regule el tráfico de camiones por esta vía

Miquel Noguer

Con la tragedia del túnel de San Gotardo como telón de fondo, los representantes políticos araneses están agotando sus energías para pedir más seguridad en el túnel de Vielha, el más peligroso de Europa. Exigen que se impida que dos camiones puedan cruzarse en el interior del túnel. El senador y alcalde de La Seu d'Urgell, Joan Ganyet, se sumó ayer a las demandas y envió a Fomento una carta en la que pide más seguridad en este paso. Este ministerio ha prometido que antes del verano comenzarán las obras de un túnel paralelo al actual, promesa que el Gobierno ya efectuó en 1992.

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En 1992, un anteproyecto del entonces denominado Ministerio de Obras Públicas y Transportes ya preveía la construcción de un segundo túnel, con tres carriles, arcenes y una longitud de 5,3 kilómetros. La Administración socialista llegó a anunciar el inicio de los trabajos para 1993. Desde entonces se han sucedido tres ministros de Obras Públicas y Fomento, cinco consejeros de Política Territorial e innumerables promesas. Ninguna se ha cumplido.

El actual túnel de Vielha, inaugurado en 1948, se construyó a partir de un proyecto elaborado durante el reinado de Alfonso XIII. El túnel se encuentra en un pésimo estado de conservación, sus medidas de seguridad son insuficientes y los proyectos de mejora han sido utilizados como arma electoral por todos los partidos desde principios de los años ochenta. Actualmente circulan por él una media de 2.230 vehículos diarios. De ellos, 380 son camiones, una veintena de los cuales transportan mercancías peligrosas.

Lo cierto es que esta vía puede convertirse en una ratonera. Así lo cree el presidente del Conselh Generau de Aran, Carles Barrera, quien ha denunciado que los camiones de gran tonelaje que a diario pasan por el túnel casi se rozan al cruzarse. 'Entre un vehículo y otro sólo quedan 20 centímetros de separación', asegura Barrera. Las estrecheces del túnel son la causa de la situación. Los camiones, a menudo de más de tres metros de altura, evitan acercarse a los laterales por miedo a tocar la bóveda con la caja. Esta maniobra les obliga a pisar la línea de separación entre carriles. Muchos camiones pasan por el túnel con los espejos retrovisores plegados.

Para que no se produzca una tragedia, Barrera considera que hay que evitar que dos camiones puedan cruzarse en el túnel. Estas medidas se han venido reclamando con mayor intensidad desde marzo de 1999, cuando 39 personas murieron en el interior del túnel transalpino del Montblanc. También en aquel momento se agudizaron las reclamaciones para construir el nuevo túnel. El actual, demasiado viejo y estrecho, sólo puede servir como vía de servicio y para ventilación.

El túnel más peligrosoUn informe de la Federación Internacional de Automovilistas realizado en el año 2000 califica la seguridad del túnel de Vielha de 'muy mala' y la compara con la de otros 25 túneles europeos. El paso aranés obtuvo la peor calificación.

El actual Gobierno se ha comprometido a comenzar las obras del nuevo túnel en el primer trimestre de 2002. Para completar las obras, que ya están licitadas, se necesitan 24.000 millones de pesetas (unos 144 millones de euros), cantidad de la que un 40% se dedicará a implantar medidas de seguridad. En los Presupuestos Generales del Estado para el año 2002 se ha reservado una partida de 7.000 millones de pesetas para afrontar las obras de esta nueva infraestructura viaria, que tendrá tres carriles (el central será reversible) de 3,50 metros y arcenes de 1 y 0,50 metros.

El túnel actual se aprovechará para desviar el transporte de mercancías peligrosas y como infraestructura de seguridad, ya que estará conectado al nuevo túnel mediante galerías situadas cada 400 metros. Siete uniones temporales de empresas optan a realizar las obras, que deberán completarse en 38 meses.

Durante los últimos días, CiU y el PSC han presentado sendas propuestas en el Parlament para que se mejore este túnel y la comunicación interpirenaica en general. El grupo de CiU pide a Fomento que reduzca el plazo de entrega de las obras en la medida de lo posible.

Desde la oposición, el PSC insta a la Generalitat a que impulse la construcción de una línea férrea por el Pirineo central con el fin de desviar hacia ella el tráfico de mercancías de las carreteras y reducir el riesgo de un accidente como el de los túneles de Montblanc y San Gotardo.

El proyecto socialista es ambicioso, pero muy costoso. Se trataría de construir un túnel de 30 kilómetros entre la población de Biescas (Huesca) y la ciudad francesa de Bearn. Los trenes transportarían la carga de los camiones, lo que evitaría el paso de los 15.000 vehículos de gran tonelaje que, según los socialistas, circulan a diario por las carreteras transpirenaicas.

Un camión cruza el túnel de Vielha.
Un camión cruza el túnel de Vielha.HERMÍNIA SIRVENT

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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