Turcos que viven en mundos aparte
En Alemania, entre 2,8 y 3,2 millones de personas son de creencia islámica, según estimaciones del Gobierno federal. Buena parte de estos musulmanes es de origen turco, un grupo poblacional que, con dos millones de personas, representa algo menos de un tercio de los 7,3 millones de extranjeros residentes en el país. Durante los años sesenta y hasta 1973, millones de ciudadanos turcos abandonaron su país para trabajar en Alemania. Aunque caracterizado por muchas corrientes diversas, el islam turco suele ser visto con desconfianza por los musulmanes de origen árabe, que en el caso alemán provienen de países como Marruecos, Afganistán o Líbano.
Los musulmanes organizados en comunidades religiosas tan sólo representan entre un 12% y un 15% del total, aunque seguramente sean muchos más aquellos que frecuenten las mezquitas. Un 72% de los inmigrantes de origen turco se define como 'religioso'.
En las escuelas públicas alemanas, el islam hasta ahora no forma parte del plan de estudios religiosos. Se calcula que un 10% de los padres musulmanes envía a sus hijos a las llamadas escuelas del Corán, que se encuentran por fuera de la supervisión estatal y en las que, en ocasiones, se promueven ideas integristas.
Con una legislación que históricamente ha dificultado la integración de los extranjeros en la sociedad alemana, muchos musulmanes viven en mundos aparte, con sus propios medios de comunicación, asociaciones y costumbres. A veces, la marginación cultural y social de los jóvenes facilita su reclutamiento por grupos integristas, el mayor de los cuales es la comunidad turca Milli Görus, que el año pasado contaba con 27.000 miembros.
Otros grupos apenas cuentan con unos cuantos cientos de militantes. Uno de los más grandes es el llamado Estado del Califato, de origen turco. Entre los diversos grupos islamistas de origen árabe figura también Al Qaeda, la red de Osama Bin Laden a la que, al parecer, pertenecieron los terroristas que vivieron en Alemania antes de los atentados.
Las protestas de las últimas semanas en contra de la intervención en Afganistán se han concentrado en Berlín y en Stuttgart, donde se han convocado manifestaciones de miles de personas.
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