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Sanidad autoriza dos ensayos clínicos sobre el uso de derivados del 'cannabis' en cáncer y traumatismos

Javier Sampedro

El Ministerio de Sanidad ha autorizado recientemente dos ensayos clínicos de fase III (la última antes de la aprobación de un medicamento) para probar si los derivados del cannabis son útiles en el tratamiento del cáncer y los traumatismos craneoencefálicos, según anunció ayer la titular de ese departamento, Celia Villalobos, en el pleno del Senado.

El primer ensayo utiliza un derivado del cannabis llamado dronabinol en enfermos de glioblastoma, un tipo de tumor cerebral particularmente agresivo. El segundo pretende, en coordinación con otros países, determinar si otro derivado, el dexanabinol, puede mejorar el estado de las víctimas de un traumatismo craneoencefálico grave.

El dronabinol, fabricado por los laboratorios Unimed Pharmaceuticals bajo el nombre comercial de Marinol, es un derivado sintético del THC, el componente activo de la marihuana. El Reino Unido lo aprobó ya en 1985 para reducir las náuseas en los pacientes que reciben quimioterapia, pero el ensayo actual está examinando si puede inhibir el crecimiento del glioblastoma.

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Dexanabinol, de los laboratorios Pharmos, es otro compuesto sintético con potentes efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Fue diseñado por el mayor especialista mundial en la química de los cannabinoides, Raphael Mechoulam, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. El ensayo pretende determinar si el compuesto protege a los tejidos cerebrales tras los daños producidos por un accidente o un ataque.

El dexanabinol tiene relación con el último Premio Nobel de Química. Se trata de la imagen especular (isómero óptico) del componente activo de la marihuana, el THC; es decir, los dos compuestos son idénticos en todo excepto en su simetría, como las dos manos de una persona, o una mano y su reflejo en un espejo. Esa diferencia no afecta a sus propiedades terapéuticas, pero sí evita que el dexanabinol actúe sobre los receptores cerebrales del THC y provoque los típicos efectos psicotrópicos de la marihuana. Éste no es el caso del otro fármaco, el dronabinol, que sí mantiene los efectos mentales del cannabis.

Según fuentes de Sanidad, si los ensayos funcionan bien, los dos fármacos serán aprobados para su uso hospitalario.

Villalobos señaló ayer en el Senado que, hasta el momento, los pacientes españoles sólo podían recibir fármacos derivados del cannabis si su médico solicitaba la importación con la autorización de la Agencia Española del Medicamento. Esta vía se ha utilizado para administrar el fármaco Nabilona a los enfermos de cáncer sometidos a quimioterapia, para evitar las náuseas.

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