La aseguradora del Mundial de 2002 se declara incapaz de cubrir los riesgos
La sociedad Axa rescinde el contrato con la FIFA como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre
La aseguradora que cubría los riesgos del próximo Mundial de fútbol de Corea y Japón, la empresa francesa Axa, rescindió su contrato con la FIFA como consecuencia de la inseguridad que han puesto de manifiesto los ataques terroristas a Estados Unidos del pasado 11 de septiembre. La fase final del Mundial se jugará del 31 de mayo al 30 de junio siempre que la FIFA consiga cubrir todos los riesgos por una cantidad de 157.000 millones de pesetas. Axa pidió renegociar la prima, de 3.076 millones de pesetas, debido 'a la mayor situación de peligro'.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se apresuró a aclarar ayer en Praga que la celebración del Mundial no corre peligro. Pero antes, dijo, deberá contratar un seguro nuevo en vista de que Axa no estaba en condiciones de afrontar los nuevos riesgos con garantías y así se lo hizo saber a la FIFA por escrito. La empresa envió una carta al organismo ejecutivo del fútbol advirtiéndole de que el contrato había quedado invalidado desde los atentados terroristas a menos que se renegociara la prima: 'Ayer [por el jueves] recibimos una carta de rescisión de nuestro contrato de seguros para el Mundial de 2002. La sociedad no está en condiciones de garantizar la seguridad del Mundial. Tenemos un mes para buscar soluciones con otras compañías más costosas. Es un nuevo desafío'.
'La celebración de la Copa del Mundo no está en peligro de ningún modo por estos acontecimientos', apuntó Blatter; 'pero me había esperado que una compañía como Axa nos diera algún aviso antes de tomar esta decisión y no ha habido absolutamente ninguno. El problema subyacente es que piden una mayor cantidad de dinero. El contrato deberá ser renegociado porque la Copa del Mundo no puede seguir adelante sin un seguro que cubra, por ejemplo, garantías bancarias, derechos de mercadotecnia y también actos terroristas'.
El riesgo añadido tras los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono llevó a la aseguradora Axa a considerar que la prima de 3.076 millones era insuficiente. El portavoz de la empresa en Colonia, Ingo Koch, explicó ayer la causa del cambio de postura de la compañía: 'La razón es la mayor situación de peligro después de los atentados del 11 de septiembre. Es necesario establecer nuevas reglas de juego teniendo en cuenta la nueva situación. La rescisión formal intenta encontrar una nueva solución que convenga a las dos partes'.
La súbita falta de un seguro que cubra los riesgos del Mundial a sólo ocho meses de su celebración compromete las inversiones de empresas como el grupo multimedia alemán ISMM-ISL, propiedad de Leo Kirch, que pagó 282.826 millones de pesetas por los derechos televisivos exclusivos del campeonato. En estas fechas ISMM-ISL negocia las tarifas para ceder los derechos a las respectivas cadenas nacionales. Para la retransmisión de los partidos en Francia, por ejemplo, Kirsch solicita 30.400 millones de pesetas.
Por otra parte, los organizadores japoneses de la Copa del Mundo han prometido implementar las medidas de seguridad en las sedes de la final. El jefe de la seguridad de la organización, Takaisha Ishida, especificó que se instalarán aparatos de rayos X y detectores de metales en las entradas de los estadios. Ishida también aseguró que se revisarán los bolsos y objetos personales de los aficionados que acudan a ver los partidos. 'Habrá al menos 700 agentes de seguridad en cada partido para poner un ojo en todo lo que sea sospechoso', señaló Ishida. Los gastos de seguridad de la organización se han aumentado en un 25%, más de 3.000 millones de pesetas.
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