Bush se compromete ante el rey de Marruecos a buscar una solución para Palestina

George Bush se ha comprometido personalmente a buscar una 'solución justa, global y definitiva para la cuestión palestina', basada en las resoluciones de las Naciones Unidas, lo que supone la creación y el reconocimiento de un Estado de Palestina. El anuncio de EE UU ha sido favorablemente acogido por el Gobierno de Israel, que a través de su ministro de Asuntos Exteriores, ha asegura-do comprender 'perfectamente bien' el gesto de la Casa Blanca.

El presidente Bush transmitió este compromiso al rey Mohamed VI de Marruecos, en el transcurso de una conversación telefónica mantenida ayer, según anunció 2M, segunda cadena pública de la televisión de Rabat. El presidente hizo estas manifestaciones al rey de Marruecos por dos razones: porque el monarca es uno sus mejores aliados en la zona y porque el rey alauí es el presidente del Comité Al Qods (Jerusalén), una institución creada en el seno de la Organización de la Conferencia Islámica para preservar el carácter islámico de la Ciudad Santa.

El plan de paz de EE UU estará cimentado, según el propio Bush aseguró al rey, en las resoluciones 242 y 338, en las que se reconoce el derecho de los dos pueblos a vivir independientes y en paz, en el interior de sus fronteras seguras, al tiempo que se exige de Israel, que se retire de los territorios ocupados militarmente durante la guerra de 1967.

Pero además el plan de Bush tiene tres ejes principales: en primer lugar la instauración en la zona de dos Estados para dos pueblos, en segundo lugar la división de Jerusalén como capital del Estado de Palestina y al mismo tiempo de Israel y en tercer lugar el reconocimiento de las características nacionales para cada Estado, Israel para los judíos, Palestina para los palestinos, con lo que se niega el retorno de los refugiados al interior de Israel.

Esta iniciativa diplomática debía de haber sido anunciada por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en el transcurso de una intervención en las Naciones Unidas, pero quedó aplazada a raíz del ataque terrorista. La publicación por parte de la prensa norteamericana, la semana pasada, de estos proyectos políticos de la Casa Blanca, provocaron una tormenta en los medios gubernamentales israelíes y abrieron una crisis de confianza entre Tel Aviv y Washington.