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LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Nuevas tecnologías para una guerra nueva

El conflicto bélico abierto por el ataque terrorista del 11 de septiembre será, como anunció el presidente norteamericano, una guerra larga y distinta. En este escenario bélico inédito también jugarán nuevas tecnologías.

El GPS para orientar las bombas con más precisión que el láser, la prueba de nuevos equipamientos para los soldados, etcétera. Pero combatir a poderosos grupos terroristas no es lo mismo que atacar un estado enemigo.

Es un conflicto asimétrico donde los terroristas tienen también sus bazas. Lo demostraron hundiendo las Torres Gemelas de Nueva York con un ataque que surgía del interior del país lo que obligará a cambiar los protocolos del control del tráfico aéreo, con unos mecanismos de defensa basados, hasta ahora, en la vigilancia del enemigo que debía llegar del exterior.

El domingo, tras el primer bombardeo a Afganistán, Internet volvió a hervir. En las encuestas norteamericanas, la mayoría de la población apoyaba la represalia, pero el despliegue de nuevas tecnologías no evita el temor a una réplica terrorista.

Quizá el escenario más temido es un ataque con armas biológicas. El hecho de que en la Red se puedan comprar bacterias y que la tecnología para su fabricación apenas cueste unos 20 millones de pesetas no induce a la tranquilidad. Los expertos consultados por este suplemento manifiestan que infectar la población civil, por ejemplo, con la contaminación de las aguas es difícil y más en los países desarrollados con métodos de control y purificación del sistema de distribución.

Mientras se abre un nuevo frente, en Nueva York el drama no se apaga. El ADN se utiliza para la laboriosa tarea de identificar los restos recuperados, un trabajo que supone unos mil análisis diarios de 13 marcadores genéticos de cada una de las muestras obtenidas. Por otra parte, las empresas cuyas instalaciones quedaron destruidas por el ataque terrorista intentan volver a la actividad. El municipio ofrece alquileres más baratos de oficinas cableadas y una línea de créditos. Los empresarios del Silicon Alley neoyorquino, no obstante, creen que serán unas medidas insuficientes particularmente para las start-ups que todavía no tenían un mercado consolidado.

Nuevas tecnologías en un nuevo tipo de enfrentamiento bélico. Pero los avances técnicos no impiden el drama humano

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