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GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

EE UU probará nuevas armas en Afganistán

El Pentágono desplegará prototipos de vehículos de reconocimiento aéreo no tripulados

Una 'nueva clase de guerra', 'una guerra sin día D', 'una guerra donde la principal arma será la información', 'una guerra múltiple y en varios frentes'. Políticos y militares de Washington han intentado definir con estas frases el combate contra el terrorismo internacional, un conflicto que combinará sobre el terreno el factor humano -los comandos especiales- y las armas más sofisticadas tecnológicamente. El Pentágono, aseguran analistas británicos y de EE UU, se dispone a probar prototipos de vehículos no tripulados de vigilancia y observación aérea y nuevos sistemas de comunicación.

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El terrorismo es definido desde hace años por los planificadores militares y los centros académicos de relaciones internacionales norteamericanos como la principal forma de 'amenaza asimétrica'; es decir, una guerra imposible de librar en términos convencionales por la diferencia de medios y fines de los contendientes, y en la que la información desempeña un papel primordial.

Por esta razón, señala la revista británica Jane's, especializada en temas de defensa, Estados Unidos tendrá que emplear unos sistemas de armas que tecnológicamente 'aún están en su infancia'. En concreto, se trata de desplegar aquellos sistemas que 'reducen drásticamente el tiempo entre la detección de un objetivo en tierra y su ataque por un avión de combate armado con bombas o misiles de precisión'. Una de esas armas es el avión Lockheed NP-3, equipado con sensores aire-tierra y con capacidad para recibir y transmitir datos, que ha demostrado en pruebas su eficacia para destruir objetivos móviles.

Para el rastreo de los movimientos de los terroristas, Jane's apunta la necesidad de contar con los llamados vehículos aéreos no tripulados (UAV, en sus siglas en inglés) como el Predator, empleado ya en las operaciones anglo-norteamericanas contra las defensas aéreas de Irak -las fuerzas de Sadam Husein derribaron uno de ellos el pasado agosto-, y el Global Hawk, que transmiten a alta velocidad información sobre los objetivos localizados.

El vehículo de reconocimiento no tripulado Global Hawk puede volar a una velocidad de 560 kilómetros por hora y a una altura de 65.000 pies (casi 20.000 metros), más rápido y más alto que el Predator y, por tanto, menos vulnerable. Su entrega a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no estaba prevista hasta el año 2003, pero, precisa The New York Times, el valor del prototipo quedó patente durante la guerra del Golfo en 1991, al contribuir con información crucial sobre los movimientos de tropas iraquíes. El Global Hawk tiene la ventaja además de penetrar en profundidad en territorio enemigo y capacidad para rastrear electrónicamente túneles y refugios.

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Soldados digitales

Otras armas empleadas en la guerra del Golfo y los misiles Tomahawk han sido mejorados, incorporándoles sistema de guiado y conexión con los satélites espía.

Las fuerzas especiales, que previsiblemente tendrán un papel clave en la guerra en Afganistán, podrían estrenar también nuevas tecnologías. Según algunos expertos, Rangers, Boinas Verdes y los miembros de la Delta Force y de las SAS británicas irán equipados como auténticos ordenadores andantes.

Estas pequeñas unidades de soldados, asegura el diario neoyorquino, contarán con 'armas y sistemas de apoyo electrónico que no estaba previsto introducir en el Ejército hasta 2004'. El nuevo prototipo de casco, por ejemplo, lleva una videocámara, una cámara de visión nocturna, un micrófono y una unidad de conexión por satélite. Y el rifle M-4 mejorado lleva láser para calcular la distancia y un sistema térmico que permite detectar un objetivo si despide calor.

Las ventajas de la aplicación militar de las tecnologías de la información, coinciden también los analistas, exigen una gran coordinación y tienen también su lado vulnerable para los expertos en introducirse en la Red, una pericia que parece no haberle faltado a los hombres que atentaron contra las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre.

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