La Bolsa española sufre un fuerte retroceso arrastrada por la inestabilidad de Argentina
Buenos Aires se recupera a última hora y cierra la jornada con una ganancia del 3,93%
La Bolsa española se derrumbó ayer como consecuencia del empeoramiento repentino de la economía de Argentina. El índice general de Madrid retrocedió el 3,27% y el Ibex-35, el 3,98%. Las grandes empresas españolas con inversiones en aquel país se vieron fuertemente afectadas por el miedo de los inversores a verse atrapados entre dos fuegos, la crisis global y la argentina. Precisamente, la Bolsa de Buenos Aires se recuperó a última hora después de reiterar el Gobierno que no habrá devaluación y ganó el 3,93%, lo que mitigó las fuertes pérdidas que se acumulaban durante la semana.
La bolsa española demostró ayer que cuenta con un hecho diferencial en medio de la crisis global: la importante presencia de sus grandes empresas en Argentina, un país donde el nivel de riesgo crecía el viernes de forma alarmante y hacía caer la cotización de los valores españoles. El índice general de Madrid perdió el 3,27% y el Ibex 35, el 3,98%, ante la corriente de ventas que afectó a los cinco principales valores del mercado. Telefónica llegó a perder más del 7%, pero terminó la sesión con un recorte del 5,76%. Las otras sociedades de su grupo,Terra Lycos y TPI, también se vieron arrastradas con fuerza por la caída de la empresa matriz. Terra Lycos cedió el 8,75% y TPI el 5,85%.
Repsol YPF también rozó una caída del 7%, para cerrar la jornada con un descenso del 6,47%, mientras que los dos valores bancarios, SCH y BBVA, bajaban el 4,79% y 5,00%, respectivamente. Endesa bajó el 3,13%.
La importancia de estas cinco sociedades en el mercado español, con una ponderación superior al 65% en el índice selectivo Ibex 35, estableció una enorme diferencia entre el comportamiento de esta bolsa y el resto de los mercados europeos. París perdía el 0,74%, Francfort el 1,33% y Londres subió el 0,39%, mientras que la Bolsa de Nueva York mantenía un descenso del 0,47% a media sesión. Aunque los responsables de estas sociedades han reiterado su confianza en las inversiones en Latinoamérica, los inversores no las tienen todas consigo y a cada nuevo problema le dan la misma respuesta, la venta indiscriminada de sus acciones.
A lo largo de todo el día fueron llegando datos sueltos sobre los crecientes problemas de Argentina, pero fue en el momento de la apertura de los mercados americanos cuando se conocía el incremento del nivel de riesgo-país hasta los 1.921 puntos desde los 1.842 de la tarde anterior. Si hasta ese momento el papel se había impuesto en el mercado español para estos cinco valores, el uso del término riesgo país adquirió una dimensión diferente y las pérdidas arreciaron. El índice Merval de Buenos Aires se recuperó a última hora y ganó el 3,93%, con lo que reduce las pérdidas acumuladas durante la semana, que hasta el jueves eran del 15,11%. Influyó, sobre todo, la declaración del Gobierno de que no habrá devaluación.
Los mercados de valores evalúan todavía la efectividad de las medidas anunciadas por la Administración Bush ante una crisis que cada día sorprende con nuevos datos. En el caso argentino, parece evidente que el precario equilibrio entre ingresos y gastos que contemplaban los planes de ajuste del Gobierno se va a romper incluso antes de su completa puesta en marcha. Los inversores están escarmentados respecto de los vaivenes de la bolsa en un momento de gran volatilidad y por ello se deshacen de las acciones a toda prisa ante la presencia de cualquier problema.
Hasta la sesión de ayer, Madrid ganaba en la semana el 1,99% y el Ibex 35 el 2,08%, dos datos que mostraban cierto grado de confianza en los esfuerzos de Estados Unidos para evitar la recesión o, si llega el caso, para que la recuperación sea lo más rápida posible. El cierre semanal ofrecía un panorama completamente diferente para la bolsa española, con un descenso del 1,34% en el general de Madrid y del 1,98% en el Ibex 35.
En apenas unas horas el mercado ofreció un resumen del comportamiento habitual a lo largo del año y que se ha agudizado desde el 11 de septiembre. La volatilidad es una consecuencia de la incertidumbre que ha traído la crisis, al desbaratar en poco tiempo los planes empresariales y las expectativas de resultados.
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