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El miedo de los inmigrantes ilegales a identificarse complica el recuento de víctimas en Nueva York

Han pasado tres semanas desde los atentados de Washington y Nueva York y las cifras sobre el número de muertos siguen bailando casi tanto como el primer día. La única cifra inamovible es la suma de los muertos de los cuatro aviones kamikaze y del Pentágono. 455: 189 murieron en Washington y 266 en los aviones. El resto sigue siendo una incógnita y probablemente nunca se sabrá con exactitud, según la prensa estadounidense.

El domingo pasado, el Gobierno de Bush dio sus últimos datos sobre el ataque a las Torres Gemelas: 5.219 desaparecidos, 314 cadáveres encontrados, de los cuales 255 han sido identificados. Hace cinco días, las cifras eran bien distintas. Las autoridades de Nueva York cifraban los desaparecidos en 5.960, que, a su vez, suponían un aumento de 1.000 personas respecto a datos de días anteriores, que hablaban de 4.972 desaparecidos. A las pocas horas del atentado se dijo incluso que podría haber más de 10.000 muertos. Giuliani intentó dar esperanzas a los familiares, en aquellos primeros momentos, diciendo que había 'muchas esperanzas' de encontrar supervivientes.

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¿A qué se debe que los datos de víctimas estén continuamente cambiando? Giuliani, cuando las cifras han ido a la baja, lo achaca a que muchos de los nombres facilitados por los diversos consulados extranjeros de Nueva York ya se encontraban en otras listas proporcionadas por los familiares y empresas que tenían oficinas en las Torres Gemelas. Además, los consulados dieron, en un primer momento, una lista muy amplia de desaparecidos que luego se ha reducido. Otro problema añadido al recuento es que entre los extranjeros fallecidos hay algunos que tenían doble nacionalidad. Es el caso de las tres víctimas españolas, Silvia San Pío, Edelmiro Abad y Jerónimo Domínguez. Además, las víctimas que trabajaban de forma ilegal en las Torres Gemelas nunca serán identificadas. Algunos de los que sobrevivieron, por miedo a que las autoridades les expulsen del país por no tener documentación en regla, es muy probable que nunca digan que están vivos.

Muchos de los cadáveres nunca serán recuperados. La carga de combustible de los aviones, que derritió el acero de las Torres Gemelas como si fuese cera, ha destruido por completo muchos cuerpos y no habrá restos que analizar. La explosión del combustible de los aviones provocó temperaturas de cerca de 400 grados centígrados.

'¿Dónde están los cadáveres? Están en la atmósfera', comentó tres días después de los atentados un diplomático involucrado en las operaciones de intendencia. Los equipos de rescate localizan de vez en cuando fragmentos de cuerpos, un brazo, una pierna, un dedo..., que sólo pueden ser atribuidos a una víctima mediante pruebas de laboratorio con su ADN. Pero es una tarea que llevará meses.

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Los familiares de las víctimas ya han perdido la esperanza de recuperar los cuerpos de las víctimas de las Torres Gemelas. Para poder celebrar un entierro necesitan un certificado de defunción, que sólo se puede conseguir si aparece el cuerpo inerte. Así que los familiares, resignados, han empezado a celebrar, ante la imposibilidad de hacer un entierro, funerales privados y también ceremonias masivas, como la que se celebró el pasado 24 de septiembre en el Yankee Stadium de Nueva York con la asistencia de más de 25.000 personas.

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