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La preparación de los atentados sólo costó 90 millones de pesetas

La investigación revela que la operación terrorista se fraguó en Afganistán

Las pistas del compló empiezan a encajar. Los investigadores creen que la conspiración del ataque contra EE UU se concibió primero en Afganistán, se gestó hace unos dos años en Alemania con apoyo logístico desde Inglaterra y Emiratos Árabes Unidos y se financió desde varios países, principalmente de Oriente Próximo. La fase ejecutoria la llevaron a cabo dos tipos de operativos: los cerebros, como Mohamed Atta, y otros de segundo nivel que llegaron a EE UU a última hora como refuerzos por si se rebelaban los pasajeros. Todo a un costo de alrededor de medio millón de dólares (unos 90 millones de pesetas).

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El FBI y la CIA han reunido también suficientes indicios para vincular a la mayoría de los secuestradores con la red del sospechoso número uno de los atentados terroristas, Osama Bin Laden. Al menos cuatro de los suicidas se entrenaron en los campos de la organización de Bin Laden, Al Qaeda, en Afganistán.

La prioridad esencial en estos momentos, según fuentes del FBI, es determinar si había otros dos ataques previstos para el 11 de septiembre y si los terroristas están todavía en EE UU. Las sospechas parten de una conversación interceptada ese día por la policía alemana entre simpatizantes de Al Qaeda en la que hablaban de 'los 30' que viajaban en los vuelos secuestrados. Los 19 suicidas ya están identificados, pero hay al menos otros tres arrestados en EE UU altamente sospechosos de haber tenido que abortar sus atentados.

Uno de ellos es Zacharias Moussaoui. La policía le interceptó semanas antes de los atentados una llamada a Ramzi Muhammad Abdullah Bin al Shibh en Alemania, uno de los compañeros de Mohamed Atta en el apartamento de Hamburgo donde aparentemente se tramó la conspiración de terror. Abdullah Bin al Shibh está fugitivo y Moussaoui está encarcelado en Mineápolis desde el 17 de agosto por tener un visado caducado. El día de los ataques lanzó vivas mientras se deplomaban las Torres Gemelas.

Mientras Abdullah Bin al Shibh residía en el número 54 de la calle Marienestrasse con Atta y los suididas Marwan al Shehhi y Ziad Samir Jarrah, también envió dinero a Florida. A través de Citibank transfirió 2.500 dólares al banco West Coast de Florida, destinados al pago de las clases de aviación. Otra figura central de la trama de Hamburgo es Mamoun Darkazanli, un sirio que canalizó dinero de los terroristas y al que se le conocen vínculos directos con Bin Laden, que él niega.

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Los otros dos sospechosos arrestados en EE UU son Mohammed Jaweed Azmath y Ayub Ali Khan, detenidos en un tren el 12 de septiembre en Fort Worth, Tejas, con cuchillos similares a los de los suicidas, miles de dólares en efectivo, manuales de pilotaje de aviones comerciales y tinte de pelo. Habían tomado el tren después de que el avión que habían abordado en Nueva York rumbo a San Luis (Misuri) aterrizara forzosamente por la orden del presidente Bush, paralizando la circulación aérea.

Entre las cerca de 90 líneas de investigación que se siguen internacionalmente y los más de 500 detenidos, hay un arrestado en Londres que puede aclarar parte del rompecabezas. Se trata del piloto argelino Lofti Raissi, que presuntamente se encargó de supervisar a los suicidas, y para ello viajó varias veces entre junio y julio a EE UU para volar con ellos en los entrenamientos.

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