El viaje de las cenizas
Last orders está basada en una novela homónima de Graham Swift. El libro -ganador del Premio Booker- y la película cuentan el viaje en coche de cuatro hombres que deciden respetar el último deseo de un amigo que, antes de morir, pidió que esparcieran sus cenizas en un viejo muelle del sur de Inglaterra. Last orders participó ayer en la sección oficial de San Sebastián junto a En construcción, de José Luis Guerín.
'Mi película tiene exactamente el mismo tono que la novela de Swift', afirma el director australiano Fred Schepisi.
El cineasta, director de La casa Rusia, Un grito en la oscuridad o la adaptación del Cyrano de Bergerac que protagonizaron Steve Martin y Darryl Hannah, logró reunir para su filme (producido, escrito y dirigido por él) a un reparto que incluye, entre otros, a Michael Cain, Bob Hoskins, David Hemmings, Tom Courtenay, Ray Winstone y Hellen Mirren, entre otros.
'No hubiera hecho la película sin ellos', asegura el director, que ayer reconoció las ventajas, no sólo artísticas, que tiene para una película un reparto de las características de Last orders: 'Tener un reparto así te permite poder hacer casi todo lo que quieres, es cierto. No sólo es más fácil encontrar financiación, sino que la distribución de la película es más segura. De todas formas, aunque Bob Hoskins y Michael Caine son astros de la pantalla, hoy en día ni siquiera eso vale para abrir las puertas de un filme. Al final, los exhibidores tan sólo quieren las películas en las que salen las cinco estrellas más famosas y el resto pasan al olvido'.
Fred Schepisi se presentó ayer ante la prensa española a primera hora de la mañana. Con un café en la mano, se disculpó: 'Perdonen mi estado, he estado disfrutando de la cultura de su país hasta altas horas de la madrugada'.
'Esta película', continuó el director, 'narra un viaje, un viaje que es el regalo de un muerto a sus mejores amigos. Puede parecer una película sobre gente corriente, pero para mí no existe la gente corriente, no hay gente normal'.
Schepisi añade que 'detesta' el cine de acción, que quería hacer una película puramente de actores. Para ello, siempre pensó en los seis que interpretan el filme: 'El caso de Tom Courtney y David Hemming era especial porque fueron dos actores muy conocidos en los años sesenta [Courtney, por Doctor Zhivago y La soledad del corredor de fondo, y Hemming, por una de las películas de culto de los sesenta, Blow up, de Michelangelo Antonioni]. Ahora no son tan conocidos, a pesar de que trabajan, y con mucho éxito, en el teatro y en la dirección'.
'Todos los actores se conocían, y algunos, como Bob Hoskins y Michael Caine, bastante, así que eso facilitó mucho la relación. En ningún momento hubo piques o celos; afortunadamente para mí, están de vuelta de todo eso'.
Babelia
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