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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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Estimaciones contables

El pasado miércoles, el INE nos dio su veredicto sobre la evolución de la economía española a la altura del segundo trimestre del año. La sentencia no difirió esencialmente de lo que esperábamos los analistas. Prosigue la tendencia de desaceleración del crecimiento del PIB iniciada el pasado año. Pero, como ya nos adelantaban los diversos indicadores y comentamos en esta columna, se observan cambios en los componentes del gasto que sustentan este crecimiento. La demanda interna invierte su trayectoria de fuerte moderación anterior y se recupera, lo que supone una diferencia importante respecto a lo que sucede en otros países de la UE. Esto explica el mayor crecimiento de nuestra economía, pero también la mayor inflación y el déficit de balanza de pagos. Mientras, la demanda externa neta, que tuvo una aportación decisiva en los trimestres previos, ha cambiado de signo y muestra ya una pequeña contribución negativa al crecimiento del PIB, debido a la fuerte desaceleración de las exportaciones. Empezamos a sufrir claramente los efectos negativos del debilitamiento de las grandes economías mundiales.

La demanda invierte su línea moderada y se recupera, una diferencia importante respecto a la UE

Hay algunas cifras, sin embargo, en las estimaciones del INE que a mí, personalmente, y a otros colegas nos han sorprendido. El repunte de la demanda interna lo cifrábamos en el consumo, tal como muestra la práctica totalidad de los indicadores, mientras que percibíamos un debilitamiento de la inversión en capital fijo realizada por las empresas. La contabilidad nacional nos dice que es al revés, que el consumo sigue debilitándose y la inversión se recupera. Son buenas noticias, sin duda, pero me temo que esta visión tenga que ser revisada en próximas estimaciones. Otra cifra que llama la atención es la de las importaciones, cuyo crecimiento real se queda casi dos puntos por debajo de los datos publicados por los ministerios de Economía y Hacienda en base a las estadísticas de Aduanas. Es una diferencia importante que determina hasta medio punto porcentual en la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB. De esto no se deduce que hubiera que rebajar significativamente dicho crecimiento, ya que ello podría ser compensado por más consumo.

Quizá muchos lectores piensen que estas matizaciones no tienen demasiada importancia, pero no es así. Si nos equivocamos al evaluar el comportamiento del sector exterior, nos estaremos equivocando en las posibilidades de crecimiento de la economía española durante este año y el próximo, lo que puede conducir a planteamientos erróneos a los responsables económicos públicos y privados. Algo parecido sucedió durante 1998-1999, cuando las primeras estimaciones de la contabilidad nacional nos decían que el crecimiento era muy equilibrado y sostenible porque el consumo avanzaba a ritmos moderados. Ello pudo inducir a nuestras autoridades a políticas, si no relajadas, sí al menos poco beligerantes con la inflación. Posteriormente, las sucesivas revisiones contables nos han indicado que el ritmo del consumo, tanto privado como público, era mucho mayor, lo que explica en gran parte el elevado diferencial de inflación con la UEM y la escasez de ahorro de nuestra economía. Las estadísticas son mucho más importantes de lo que parece.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (Funcas).

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