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Las mezquitas palestinas ruegan por los talibán

Imam de Rimal: 'Alá les protegerá y les dará la victoria, porque ellos apoyan al islam'

'Alá da la victoria a Afganistán y destruye a Estados Unidos'. La plegaria tronó ayer a través de los altavoces en la voz del imam de la mezquita Palestina, en el barrio de Rimal, en el centro de Gaza, un antiguo feudo de los fundamentalistas de Hamás. La llamada a los fieles musulmanes tenía su contrapunto en Jerusalén, donde el primer ministro israelí, Ariel Sharon, anunciaba su intención de dar 'cualquier tipo de asistencia' a los norteamericanos en su cruzada.

'Estados Unidos ha declarado la guerra contra los musulmanes. Está preparando su ejército para ir contra los países islámicos, como Afganistán, con mano de hierro, utilizando como excusa la defensa de la justicia. ¿Pero de qué justicia, os pregunto? ¿Dónde estaba su justicia cuando los judíos bombardean nuestras ciudades, cuando destruyen nuestras casas, nos asedian o cortan nuestras carreteras', continuó el imam de la mezquita Palestina, dirigiéndose a centenares de fieles que se habían congregado en el interior del templo para participar en la plegaria semanal.

El silencio era absoluto también en las calles arenosas de Rimal, mientras el imam proseguía con voz potente a través de sus altavoces la dura diatriba contra Estados Unidos y a favor de los talibán. Era evidente que el imam estaba transgrediendo las pautas y las normas oficiales de la Administración de Yasir Arafat, que cada semana entrega a los responsables de las mezquitas un guión general sobre el tema a tratar en las plegarias del viernes.

'Alá protegerá y dará la victoria a los talibán, porque ellos apoyan el islam y dicen que no hay otro Dios más que Alá, por que ellos destruyeron el budismo y ha dado la victoria al islam en todas sus ciudades, porque ellos han hecho lo que no ha hecho ningún país árabe hasta ahora. Por todo eso Alá no los va a dejar', prosiguió desbordado el imam, sin que nada ni nadie fuera capaz de detenerlo, recogiendo en el fondo el sentir de una población que desconfía de los discursos oficiales y se muestra cada vez más solidaria y preocupada con el futuro del pueblo de Afganistán.

Apoyos a Bin Laden

Tan contudentes como las palabras del imam de esta mezquita, faro del movimiento fundamentalista de Hamás en la primera Intifada, fueron los gritos de decenas de personas que ayer se manifestaron en el campo de refugiados de Jabalia, en Gaza, para pedir a Bin Laden, que bombardee Tel Aviv y los Estados Unidos. La concentración del campo de Jabalia, el más importante de la zona, estuvo presidida por Mahmud Al Zahar, un dirigente de Hamás, quien recalcó que 'nada ni nadie frenará la Intifada', oponiéndose así al alto el fuego decretado hace tres días.

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Las agencias de prensa internacionales aseguraban ayer que las autoridades palestinas habían impartido a las fuerzas de seguridad órdenes estrictas para que las cámaras de televisión no tomaran imágenes de este tipo de concentraciones, en un intento de que no sean utilizadas como propaganda desde Israel, contra el Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina.

El escenario no es nuevo. Ayer al mediodía se reabrieron de manera dolorosa en las calles de palestinas las viejas heridas de la Guerra del Golfo, cuando hace diez años la sociedad árabe quedó dividida entre, por un lado, los gobiernos que apoyaban estratégicamente la alianza presidida por Estados Unidos y por otro, la población, decidida a mostrar siempre adhesión y simpatía por Sadam Husein.

Como si fuera un eco, desde Jerusalén, el primer ministro israelí Ariel Sharon anunciaba a Estados Unidos, que estaba dispuesto a dar 'cualquier tipo de asistencia', militar y técnica en su lucha contra el terrorismo internacional. El anciano general mostraba de esta manera, una vez más, su fidelidad inquebrantable a la Casa Blanca y su compromiso de hacer lo que sea, incluso lo más difícil: enviar a su ministro de Exteriores, Simon Peres, a negociar con Yasir Arafat, si con ello favorece los intereses del presidente Bush. La reunión podría celebrarse la próxima semana.

Un joven palestino corre ante un vehículo del Ejército israelí en Ramallah.
Un joven palestino corre ante un vehículo del Ejército israelí en Ramallah.REUTERS

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