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Cómo impedir que un avión vuelva a convertirse en bomba

La industria aeronáutica investiga la forma de aislar las cabinas y de bloquear los mandos de un avión en caso de secuestro

La aviación comercial vive una situación algo más que incómoda: a los anuncios de pérdidas económicas, de despidos masivos, de cancelación de reservas y anulación de ofertas para vuelos baratos o de venta de billetes por Internet, se le añade la obsesión por la seguridad dentro del propio aparato. Es una obsesión razonable como consecuencia de un imprevisto, de un nuevo concepto, el del avión-bomba. Y el secuestrador puede ser un individuo dispuesto a morir. El manual ya no es útil: hasta hace unos días se entendía que un piloto debía cooperar con los secuestradores para evitar males mayores hasta que el avión tomara tierra. Ahora sería necesario diseñar un avión cuyo sistema de navegación rehúse, sencillamente, estrellarse contra un edificio. 'Eso es factible', señalaba John J. White, de la NASA, 'la tecnología está ahí para conseguirlo'.

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En el corto plazo, habrá un reforzamiento de la cabina del piloto, bien blindando el acceso, bien dotándole de armamento, bien contratando agentes de seguridad durante el vuelo. La compañía israelí los utiliza en los vuelos de El Al, además de usar una doble puerta en el acceso a la cabina, separadas por un pequeño vestíbulo, de tal manera que una puerta no se abre mientras no está cerrada la otra. Hace algo más de un año, la empresa TTF Aerospace, de Washington, desarrolló una puerta para la cabina de los pilotos impermeable a las balas y los cuchillos. La compañía sólo ha vendido una puerta hasta ahora, aunque desde la pasada semana ha recibido llamadas de algunas líneas aéreas. Aislar a los pilotos del pasaje puede obligar a rediseñar el interior de los aviones dotando una zona de lavabo y de descanso próxima a la cabina. 'Todo ha de ser estudiado', manifestó Elizabeth Verdier, portavoz de Boeing, el primer fabricante mundial. 'Si la tripulación es responsable de la seguridad de los pasajeros y debe ir separada de ellos, habrá que hacerse un replanteamiento'.

Intenciones malvadas

En el largo plazo, los objetivos en la mente de los expertos se dirigen a otro punto: evitar que un avión sea dirigido desde dentro con intenciones malvadas. Los sistemas de navegación tradicionales estaban diseñados para evitar colisiones, no para impedir ataques terroristas.

Se habla estos días de la puesta en marcha de un sistema que permita a los controladores aéreos desconectar los mandos de un avión secuestrado y dirigirlo hacia un lugar seguro. También sería posible diseñar un avión que simplemente rehúse estrellarse contra un edificio. En ese punto, muchas miradas se dirigen a la NASA.

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Porque gracias a la NASA existen ya tres dispositivos utilizados en la navegación aérea: un transmisor que comunica la posición del avión, el piloto automático y el sistema de alerta que avisa al piloto de que el avión puede chocar contra un obstáculo. Los militares están probando actualmente un sistema que permite al piloto automático de los F-16 tomar el control del aparato y ponerlo fuera de peligro en caso de una posible colisión, por lo que los investigadores de la NASA estudian su aplicación a la aviación comercial.

James K. Coyne, presidente de la NATA (National Aeronautics and Space Administration), dijo que un sistema parecido podría evitar que pilotos suicidas utilizaran un aparato, simplemente definiendo una serie de zonas prohibidas en la computadora de a bordo. 'Podrías crear una burbuja alrededor de una ciudad', señaló Coyne. 'Si los terroristas toman el mando y dirigen el avión hacia la Casa Blanca o cualquier otro objetivo, el ordenador del avión, simplemente, diría: lo siento, se trata de una dirección no autorizada. Los terroristas se encontrarían ante una pantalla desconectada, sentados sin nada que poder hacer'.

El debate en curso parece inclinarse por aumentar las funciones de la torre de control: ya no se trata sólo de ordenar el tráfico, sino de inmiscuirse en los mandos del avión. O también, en tener desde tierra la vista puesta en lo que sucede en el interior de los vuelos comerciales. Esa posibilidad no es muy lejana si se tiene en consideración las altas prestaciones que ofrecen hoy en día la tecnología digital aplicadas a las microcámaras y las comunicaciones. Instaladas dentro del aparato, pueden ser útiles para vigilar desde tierra todo lo que sucede en el interior de un vuelo.

Opciones como ésta significan introducir la doble banda entre las comunicaciones de la torre de control y los aviones, lo que permitiría no sólo transmitir imágenes de vídeo, sino también buena parte de la información que actualmente contienen las cajas negras.

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