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Dos terroristas suicidas lograron entrar en EE UU pese a la alerta del FBI

La CIA supo en junio que integristas islámicos preparaban un gran atentado

Los servicios de espionaje estadounidense, tras rastrear las informaciones disponibles en los últimos meses, admiten que desde junio disponían de datos muy imprecisos de que se preparaba un gran atentado, pero que de esas informaciones resultaba imposible deducir lo ocurrido después. El FBI envió ese mes a los puestos fronterizos datos de dos personas sospechosas de pertenecer a grupos de terror islámico; pese a estas medidas, ambos lograron entrar en EE UU procedentes de Canadá; son los que se encontraban a bordo del avión de American Airlines que se estrelló contra el Pentágono.

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Las primeras investigaciones en la misma tarde del martes comenzaron a arrojar alguna luz: los sofisticados sistemas de escucha mundial de la supersecreta Agencia Nacional de Seguridad habían interceptado dos mensajes que vinculaban a los terroristas con el millonario saudí Osama Bin Laden, refugiado en Afganistán. Por la noche, menos de 12 horas después de los atentados de Nueva York y Washington, fuentes del Gobierno estadounidense informaron a la revista Time de que esos primeros indicios tenían visos de ser ciertos en un 90% de posibilidades.

A la mañana siguiente, las mismas fuentes informaron a Time de que disponían de evidencias de que cada uno de los cuatro equipos de terroristas disponían de al menos un piloto profesional entre ellos, y que alguno de esos pilotos había ejercido su profesión en las líneas aéreas saudíes. Aún no está claro si estos pilotos fueron entrenados en EE UU (Florida), en Arabia Saudí o en ambos países.

Miembros de los servicios secretos estadounidenses estiman que cada uno de esos comandos suicidas estaba compuesto de cuatro o cinco miembros cada uno. Algunos de estos terroristas, siempre según las fuentes, entraron en el país a través de la frontera con Canadá. Time ha podido saber que, en los últimos meses, el FBI colocó en sus lista de sospechosos a dos hombres supuestamente vinculados con los grupos internacionales de terror islámico y alertó de ello a los puestos fronterizos. A pesar de esas medidas preventivas, los dos hombres lograron entrar en Estados Unidos. Esos dos terroristas parecen ser los que se hallaban a bordo del vuelo 77 de American Airlines, el que se estrelló contra el Pentágono.

Time también ha podido saber que la ciudad de Boston era el centro del operativo terrorista, desde donde se coordinaron los planes del ataque. Fuentes del espionaje norteamericano sostienen que Osama Bin Laden dispone de una célula estable en el Estado de Florida, y que ésta fue la responsable de socorrer al grupo principal en todos los aspectos relacionados con asuntos de aviación.

Miembros del servicio de espionaje, tras expurgar antiguas informaciones disponibles, creen que las primeras indicaciones de que se estaba preparando un ataque terrorista de envergadura parten del mes de junio, pero en aquel momento esas mismas informaciones eran demasiado imprecisas y no permitían detectar la verdadera dimensión del ataque planeado ni cuáles podían ser sus objetivos.

Este verano, las embajadas de EE UU, sobre todo las que se encuentran en países de Oriente Próximo, fueron colocadas en máxima alerta en previsión de un ataque similar al ocurrido en 1998 contra las legaciones de Nairobi (Kenia) y Dar es Salam (Tanzania). También, los militares norteamericanos destinados en esa zona del mundo fueron colocados en máxima alerta y redoblaron su seguridad. Los atentados africanos de 1998 fueron atribuidos en su día a grupos relacionados con Bin Laden y el entonces presidente Bill Clinton ordenó ataques de represalia sobre supuestas bases de Bin Laden en Sudán y Afganistán.

En los primeros meses de este verano de 2001, la CIA comenzó a recibir ciertas informaciones, también muy imprecisas, sobre preparativos para efectuar 'alguna acción terrorista espectacular', según informan a Time fuentes de la agencia de inteligencia americana. Tampoco se pudo deducir de aquellas informaciones indicación alguna sobre qué tipo de acción se estaba planeando.

'Solemos recibir muchas advertencias de este tipo en los meses de verano; siempre las tenemos en cuenta y nos preocupan, pero éstas eran demasiado vagas; desde luego, resultaba del todo imposible vincularlas con lo ocurrido después' en Nueva York y Washington, asegura la CIA.

Las explosiones fueron tan poderosas que los equipos antiterroristas han comenzado a investigar la capacidad de combustible de los aviones sinestrados, y calcular así, en términos de kilotones, el poder explosivo de cada uno de ellos cargados de queroseno. Washington quiere saber si esos aparatos podrían haber albergado armas de destrucción masiva. 'Lo que queremos es que la gente se dé cuenta de que ya han cruzado esa línea', dice una fuente.

Los investigadores sostienen que los datos recogidos ya permiten decir, más allá de las pruebas circunstanciales, que grupos relacionados con Bin Laden están detrás de lo ocurrido el día 11.

© Time / EL PAÍS

Un grupo de trabajadores excava entre los escombros de las Torres Gemelas en busca de posibles supervivientes y de cadáveres.
Un grupo de trabajadores excava entre los escombros de las Torres Gemelas en busca de posibles supervivientes y de cadáveres.AP

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