El peculiar mundo de Carmen Martín Gaite llega a Salamanca
La muestra 'Lo raro que es vivir' se exhibe en la ciudad natal de la escritora
El peculiarísimo mundo personal en el que se desenvolvió Carmen Martín Gaite ha quedado reflejado en la exposición Lo raro que es vivir, que desde ayer se muestra en Salamanca, la ciudad natal de la escritora, fallecida en julio del año pasado. A través de más de cuatrocientas piezas, buen número de ellas inéditas, se desmenuzan perfiles de su vida privada y su obra literaria, con la estrecha interrelación que se advierte entre una y otra.
Los paneles y las vitrinas que recogen los elementos de la muestra, organizada por el Círculo de Lectores y que tiene por comisario a Santos Sanz Villanueva, acogen una amplia aportación de motivos salmantinos, a partir de la gran fotografía panorámica de una Salamanca con los desaparecidos barrios de Santiago y Las Tenerías, pero con fuerte presencia en la ciudad que vivió la escritora en su infancia y juventud, plasmado en la novela Entre visillos. Junto a las imágenes de Martín Gaite correspondientes a esa etapa, también es rica la documentación de su arranque literario, a través de las colaboraciones en la revista Trabajos y días, dirigida por Antonio Tovar, así como los cuadernos de su incipiente creación poética, además de dibujos, una producción que también sería constante.
Santos Sanz señaló que la exposición, tan detallada y definidora, había sido posible porque Ana, la hermana de la escritora, había abierto las puertas para poder escoger todo lo que se creyera conveniente. Ana Martín Gaite precisó que había sido posible porque 'Carmen lo guardaba absolutamente todo y, sin embargo, era una anárquica. Lo guardaba en cualquier sitio, en cajas de zapatos, donde fuera, pero bien etiquetado, ordenado dentro del desorden. Como en eso, su vida fue una contradición, y precisamente eso le hacía fascinante'.
El hilo de la exposición permite conocer un amplio número de fotografías, pero los documentos y los objetos personales sujetan especialmente la atención. La letra firme y elegante de la escritora luce en sus cuadernos y en los originales manuscritos de sus obras, que rivalizan en interés con el contenido de cartas en las que late también la vitalidad que caracterizaba a Martín Gaite. La pluma estilográfica, el costurero, la mano dorada del llamador, el tintero, junto a otros elementos del taller de la escritora figuran en las vitrinas, así como otra sección que acoge una curiosa variedad de sus características gorras y sus prendedores.
El entorno que rodeó a la escritora en su casa, y que cuenta con un buen número de apuntes en la exposición, ya ha desaparecido. Su hermana Ana indicó que decidió vaciar 'todas las pequeñas habitaciones, todas llenas de libros y de mesas, una casa que era ella misma. Creo que así Carmen ha recuperado su casa que a ella le habrá gustado', apuntó en medio de una emoción intensa la hermana pequeña, que afirmó 'sentir envidia, de ella y de mi padre, de que les apasionaba lo que hacían, estaban enamorados de su trabajo'.
Trabajadora intensa
Precisamente como 'una trabajadora permanente, intensa, en una vertiente polifacética', la definió Sanz Villanueva. Ese trabajo permitió a Martín Gaite, precisó el comisario de la muestra, 'conseguir dos elementos difíciles de conciliar: aunar en su obra la calidad y la popularidad, pues incluso alcanzó fama, pero no lo hizo desde la ventana de un televisor, sino desde la labor de reflexión e interpretación de la vida'. También apuntó que, precisamente por ello, el título de Lo raro que es vivir 'responde al diseño de ofrecer una interpretación de la escritora, ya que ese título es la almendra filosófica de su escritura'.
La exposición, que ya se mostró en Madrid, permanecerá en la sala de La Salina todo el mes de septiembre. Después irá a Albacete, Valladolid y Barcelona.
Babelia
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