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Una empresa rusa anuncia la puesta en órbita de un minihotel espacial en 2004

La estación costará 18.000 millones de pesetas y tendrá capacidad para tres personas

Una empresa rusa con participación estadounidense proyecta lanzar una estación orbital dedicada al turismo espacial. Este hotel costará unos 100 millones de dólares (más de 18.000 millones de pesetas) y se prevé ponerlo en órbita en 2004. Los promotores quieren financiar la construcción con inversiones privadas y con el billete que paguen los turistas que vuelen a los módulos rusos de la Estación Espacial Internacional (ISS en sus siglas inglesas). De llegar a buen puerto, esta iniciativa daría un espaldarazo al turismo espacial, que hasta ahora ha tenido un solo cliente.

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La promotora del proyecto es la sociedad MirCorp, que fue creada para la explotación comercial de la estación orbital rusa Mir. Esta empresa está integrada por la firma de construcción espacial Energuia (participada por la agencia espacial rusa y propietaria del 60% de las acciones), y dos compañías estadounidenses (una de ellas la de capital-riesgo Gold and Apple Transfer).

El anuncio de la estación turística hecho ayer por MirCorp recibió matices por parte de la agencia espacial rusa. Su portavoz, Sergei Gorbunov, precisó que dicha agencia, MirCorp y Energuia han firmado un acuerdo para elaborar 'un estudio de viabilidad que efectuará Energuia'. Una vez finalizado éste, dentro de este año, se tomará la decisión definitiva.

Para construir el primer hotel en el espacio, MirCorp ha atraído a varios empresarios norteamericanos, cuyos nombres no ha hecho públicos. La miniestación-hotel tendrá capacidad para recibir a bordo a tres astronautas, el mismo número que pueden llevar al espacio las naves rusas pilotadas Soyuz. Será construida por dos empresas rusas, su periodo de servicio será de 15 años y también podrá ser utilizada como laboratorio.

MirCorp aparentemente ya tiene una lista de personas que han manifestado su intención de seguir los pasos del sexagenario Dennis Tito (el primer turista espacial tras pagar unos 3.700 millones de pesetas). La dará a conocer en un futuro próximo. Hasta que el hotel esté listo, los rusos enviarán a sus viajeros a la Estación Espacial Internacional. Ya se sabe quién puede ser el segundo turista espacial de la historia: Mark Shuttleworth, surafricano de 28 años de edad.

Shuttleworth pasó los exámenes médicos para poder volar en la Soyuz y ahora está preparándose en la Ciudad de las Estrellas, en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin. Los rusos ya informaron a sus colegas de la NASA que desean enviar el próximo año al sudafricano a la ISS. Shuttleworth hizo su fortuna comerciando con tecnologías de seguridad en Internet y el año pasado vendió su negocio a la firma estadounidense Verisign. Su predecesor pagó cerca de 20 millones de dólares por sus ocho días en el espacio, pero se cree que a Shuttleworth el viaje espacial le saldrá más barato.

Yuri Kóptev, director general de la Agencia Espacial Rusa, confirmó la decisión de Moscú de continuar enviando turistas a la ISS a pesar de los problemas que surgieron con la NASA cuando Tito visitó el complejo espacial internacional. Rusos y estadounidenses negocian sobre los criterios que se deben aplicar a todos los astronautas no profesionales que desean viajar a la ISS. Kóptev señaló que Rusia enviará dos Soyuz el próximo año a la ISS y que desea vender uno o dos puestos en las naves pilotadas a no profesionales. Los rusos ganarán dinero no sólo con los vuelos de no profesionales: en octubre enviarán, previo pago, a la experimentada astronauta francesa Claudie André-Deshays.

Denis Tito, poco después del aterrizaje en Kazajstán, tras su viaje a la Estación Espacial Internacional en mayo.
Denis Tito, poco después del aterrizaje en Kazajstán, tras su viaje a la Estación Espacial Internacional en mayo.AP

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