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Los jóvenes diseñadores de 'Cibeles off' optan por la geometría y el color

Anoche, en la madrileña sala Joy Eslava, una larga maratón de moda joven puso de manifiesto las virtudes y carencias de una generación de nuevos profesionales de la aguja que luchan por abrirse paso en el mercado de la moda. Por otra parte, la Semana Internacional de la Moda de Madrid (SIMM) cerró con pocas caras alegres en sus salones. Nadie suele reconocer lo que ha vendido de adelanto a la temporada siguiente, pero el poco movimiento auguraba un descenso en las ventas. Tampoco en el espacio reservado a los jóvenes, donde había mayoría de valencianos, hubo ventas reseñables.

En Joy Eslava se han hecho ya tradicionales los desfiles contestatarios. Todos los años sucede allí la Antimoda, y ahora ha acogido también la muestra de la Asociación de Jóvenes Diseñadores de España (AJDE). Dos diseñadores que comparten apellido pero no tienen nada que ver desfilaron fuera del colectivo: Alejandro Sáez de la Torre, de la firma Por Fin!, donostiarra radicado en Valencia, y el gallego Jesús Sáez, que pretende especializarse en trajes de noche y de novia. Entre ambos, un abismo. Mientras Por Fin! busca adecuar las tendencias con las posturas rupturistas de los más jóvenes, Jesús Sáez se pierde en una ampulosidad de lujo que no llega a buen fin.

En el desfile colectivo hubo de todo. Volvió a brillar por su originalidad la madrileña Celia Díaz con una serie de trajes blanco marfil que a base de cortes arriesgados y piezas modulares llegan a parecer esculturas u objetos de arte. El dúo valenciano Badenes-Vera (formado por José Badenes y Julio Vera) mostró una serie corta muy elaborada, con acertadas gamas naturales del siena al ocre y el burdeos. La también valenciana Anamaría presentó pequeños minipantalones, prendas en viscosa de cuadros y una paleta de colores claros desde el azul al verde y el naranja. Jaime Piquer usó telas de gran presencia como la de azul metalizado y unos envolventes vestidos cruzados sesenteros de escote amplio.

Para Marta Alsina, el mayor interés está en el corte virtuoso de la organza natural. Noelia Navarro mostró una serie de hombre y mujer en rayas negras y blancas muy actual con el apoyo de chalecos rojos cortos. El trabajo de la diseñadora valenciana Tonuca está lleno de referencias culturales. Esta vez es Mackintosh y su silla de respaldo alto el eje y motivo de las serigrafías que aparecen en camisetas, faldas y mangas, su ropa se sale del minimal, pero mantiene un tono racionalista y ordenado con colores pálidos y cierto acento orientalista.

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