'El traslado de los refugiados a Timor era surrealista'
El premio Nobel de la Paz 1996 y responsable de los Asuntos Exteriores de Timor Oriental, José Ramos-Horta, afirmó ayer a este periódico telefónicamente que el posible traslado a la ex colonia portuguesa de los 460 refugiados del Tampa 'es surrealista, casi absurda, y viene a plantear la lógica de los países ricos frente a los pobres en el problema de la inmigración'.
No obstante, Ramos-Horta explicó que la propuesta australiana, comunicada a través de los responsables de Naciones Unidas en Timor Oriental, 'no mereció la más mínima reflexión por nuestra parte; Xanana Gusmao; el obispo de Dili, monseñor Ximenes Belo, y yo nos reunimos y decidimos en un minuto aceptar a los refugiados'.
Una aceptación inmediata a pesar de las graves dificultades económicas que atraviesa la ex colonia portuguesa, tras ser completamente destruida hace dos años por las tropas y milicias indonesias al votar por la independencia del territorio. El Nobel de la Paz explicó que 'Timor Oriental es leal a su historia y no puede abandonar a un grupo de personas en esas circunstancias; nosotros nos beneficiamos enormemente de la generosidad internacional al ser acogidos por millares en diversos países; fuimos bien recibidos, alojados y alimentados en varios lugares, especialmente en Asutralia y Portugal'. 'Por tanto', explicó, 'la decisión de Timor Oriental consiste en ayudar solidariamente a aquellas personas que puedan atravesar situaciones como las que nosotros sufrimos'.
Ramos-Horta añadió que Timor Oriental aceptaría la llegada de los citados refugiados con la condición de que la comunidad internacional pagara los gastos de su alojamiento y alimentación por un periodo de tiempo limitado. No obstante, explicó que 'el destino definitivo de los refugiados aún no está decidido por la ONU y se mantienen contactos con otros países para buscar una solución'. A media tarde de ayer el responsable del Gobierno transitorio de Naciones Unidas en la ex colonia portuguesa, Sergio Vieira de Mello, afirmó que los inmigrantes afganos del Tampa no serían desviados hacia Timor Oriental.
En cualquier caso, la propuesta australiana provocó, como mínimo, un estado de perplejidad próximo a la estupefacción de los responsables timorenses. Dos años después del referéndum para su independencia, la ex colonia portuguesa, uno de los países más pobres del mundo, aún espera el regreso de más de 100.000 refugiados que fueron trasladados por la fuerza al área indonesia de la isla.
El secretario general del Fretilin (el movimiento que encabezó la lucha por la independencia), Mari Alkatiri, explicó que 'la petición australiana, si no es inaceptable, es un poco humorística; un país que tiene todas las condiciones para ofrecer asilo a esas personas, las empuja para Timor Oriental. La responabilidad es de Australia y de Indonesia, pero, por razones humanitarias, no podemos de ninguna manera dejar de resolver los problemas de esas personas'.
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