Bilbao negociará con Cáritas y los vecinos el futuro del centro para drogadictos

El concejal, quien ayer se reunió con la ararteko, Mertxe Agúndez, para analizar el futuro del centro, asegura que 'aún no se puede hablar de una fecha de reapertura', pero descartó la posibilidad de buscar otra localización al mismo, a pesar de las quejas de los vecinos, que aseguran que con la instalación del centro en su barrio solo se ha pretendido 'trasladar el problema'.Melero aseguró que durante su reunión con Agúndez, ante la que las asociaciones de vecinos han presentado una queja, se debatieron posibles mejoras en el entorno en el que está situado el centro de Zamácola. Entre las posibles medidas a llevar a cabo, se está estudiando la posibilidad de instalar más fuentes de luz en la zona y de aumentar los servicios de limpieza. Respecto a posibles medidas para reforzar la seguridad, Melero no quiso precisar de qué manera se hará, pero afirmó que la Policía Municipal está estudiando formas de actuación que 'no serían permanentes'.

La Policía Municipal, precisamente, ha remitido un informe al concejal y al Ararteko en el que analiza la incidencia de la criminalidad en la zona desde el 1 de enero pasado hasta el 10 de agosto, prestando especial atención a las dos semanas de julio durante las cuales permaneció abierto el centro de acogida.

El informe, según Melero, revela que 'no ha habido ningún repunte especial de violencia durante ese periodo, nada fuera de lo normal'. Este resultado podría servir como argumento para rechazar las quejas de los vecinos, que temen que aumente la peligrosidad en la zona al atraer el lugar a toxicómanos de otros puntos de la ciudad.

Toma de contacto Responsables del Ararteko definieron la reunión como 'una primera toma de contacto en la que se ha apreciado muy biena disposición por parte del Ayuntamiento para llegar a una solución', pero descartaron también poner fecha a la eventual reapertura del centro.

Recordaron además que la instalación de este tipo de centros es 'una actividad necesaria' y que su departamento ya ha enviado a sus técnicos al centro para estudiar la viabilidad del proyecto.

El centro de acogida, destinado a acoger a drogodependientes en horario de noche, provocó desde su apertura, a comienzos de julio, violentas protestas de los vecinos, que llegaron a bloquear la entrada a los trabajadores de Cáritas y a cortar la calle en que se encuentra. Después de que durante varios días, el centro estuviera de facto paralizado, los servicios municipales optaron por clausurarlo hasta septiembre, cuando Melero se comprometió a estudiar de nuevo el caso.

En la reunión que mantuvieron con el responsable del área de Bienestar Social del Ayuntamiento el pasado 23 de julio, los vecinos exigieron formalmente que el centro no volviera a abrir sus puertas, según consta en un informe de su actuación que el responsable municipal ha remitido a Cáritas y a las asociaciones vecinales. Pero el Ayuntamiento ha reiterado en varias ocasiones, y así lo ha plasmado en el informe, su 'apuesta' por él y 'su apoyo a dicho proyecto', aunque en el mismo documento reconoce que 'en ningún caso se abrirá el centro sin tener en cuenta la opinión de los vecinos'.