Visita turística

Invitamos al señor alcalde de Madrid, al presidente del Gobierno y demás políticos de turno a una visita turística por Madrid y sus alrededores.

Comenzamos en la plaza de Oriente, frente al Palacio Real, donde contemplamos cómo se asean y lavan su ropa un grupo de personas que ha pasado la noche durmiendo en los bancos. Seguimos por la plaza de la Ópera, frente al Teatro Real, donde todavía duerme sobre cartones otro grupo de personas. Camina-mos por la calle del Arenal, Puerta del Sol y carrera de San Jerónimo, donde en cada esquina podemos encontrar un pobre pidiendo tirado en el suelo, jóvenes enfermos de sida, ancianos enfermos, mujeres embarazadas que malviven en las calles.

El camino estará amenizado por el insoportable ruido de las innumerables máquinas de las obras interminables que el Ayuntamiento realiza de forma salvaje, levantando todo el centro de Madrid al mismo tiempo.

Desembocamos en la calle de los Madrazo, donde una interminable cola de emigrantes espera durante horas para renovar sus papeles en la comisaría. Los señores diputados probablemente entrarán en el Congreso, donde, cómodamente sentados, no hablarán por supuesto de cómo solucionar esta dramática realidad cotidiana.

En una próxima visita turística les invitamos a recorrer los alrededores de Madrid: Valdemoro, Navalcarnero, Aranjuez, Soto del Real, donde se ubican las cárceles de esta democracia y donde se hacinan y mueren algunos de los 50.000 presos repartidos por todas las cárceles del país.

¿Es ésta una manera racional y lógica de solucionar el problema de la pobreza y la marginación? Desentenderse de esta realidad, cuanto menos nos parece un crimen.