La Guardia Civil detiene al 'comando Barcelona' con 275 kilos de dinamita

Los tres liberados (fichados y a sueldo de ETA) vivían en un piso alquilado el número 30 de la calle Villarroel, en pleno Eixample barcelonés. Desde hacía varias semanas, la Guardia Civil tenía controlado a García Jodrá, a quien se había visto llegar a la vivienda en un coche propiedad de Pedro Álvarez, uno de los tres detenidos como presuntos colaboradores del comando. La sospecha de que el grupo estaba a punto de cometer un atentado precipitó la intervención policial, que comenzó a las tres de la madrugada de ayer bajo la dirección del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

Los agentes, que habían cortado el tráfico en la calle Villarroel e iluminaron con potentes focos la fachada del número 30, reventaron la puerta del quinto piso. 'Al instante oímos la voz de una chica, [Nerea Bengoa] que gritaba: !La policía, hijos de puta! Luego se oyeron más gritos, golpes y un continuo vaivén hasta el amanecer', explicaron los vecinos de rellano.

De la abundante documentación hallada en el piso se desprende, según fuentes policiales, que los terroristas tenían ya fijados varios objetivos para actuar de inmediato. Los investigadores han descartado que participasen en la colocación del coche bomba que estalló el pasado día 18 en Salou (Tarrogona) pero, en cambio, están tratando de averiguar si los miembros del grupo tuvieron alguna relación con el asesinato en Zaragoza del senador y dirigente popular Manuel Giménez Abad, el pasado 6 de mayo.

A primera hora de la mañana la Guardia Civil detuvo a otras dos personas en Argentona, localidad situada a 25 kilómetros de Barcelona. Se trata de Pedro Álvarez y su compañera Aurelia Comas. Álvarez podría haber ayudado al comando, alquilando el piso de la calle Villarroel y facilitándoles su vehículo para los traslados. La última detenida por presunta colaboración es Laura Riera, prima de Comas y vecina de Terrassa, a quien la Guardia Civil vincula al movimiento okupa, en algunos de cuyos elementos también se apoyó el anterior comando Barcelona.

La Guardia Civil da por desarticulado el grupo, ya que han sido detenidos todos sus miembros y se ha descubierto el piso franco en el que guardaban su arsenal y archivo. La captura de García Jodrá es muy importante, pues en enero pasado consiguió escapar al cerco policial con toda la documentación. Cuando la policía llegó al piso del anterior comando, en la calle Mònec de Barcelona, se encontró con que faltaba el disco duro del ordenador.

El regreso de este terrorista plenamente identificado se interpreta por la policía como una muestra de debilidad: ETA no contaba con ningún otro activista con conocimientos suficientes para reorganizar el comando Barcelona. Sus dos compañeros, Unai López de Ocariz y Nerea Bengoa, tenían experiencia, pero en el País Vasco.

El ministro de Interior, Mariano Rajoy, se felicitó por el éxito de la operación policial, la coordinación entre todos los cuerpos de seguridad y afirmó que 'se ha frustrado la intención de ETA de establecer un comando de liberados en Barcelona', que en su opinión también quería actuar contra intereses turísticos. La Delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas, también destacó la importancia de la colaboración ciudadana para detener al comando. Los detenidos fueron trasladados ayer a la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid para ser interrogados.