Tres terroristas a sueldo, buscados por la justicia y curtidos en la 'kale borroka'
Los tres etarras liberados (fichados y a sueldo de ETA) que estaban poniendo a punto el comando Barcelona hicieron sus primeras armas, como la mayoría de los detenidos en los dos últimos años, en el terrorismo callejero (kale borroka). Los investigadores de la Guardia Civil creen que Nerea Bengoa Ciarsolo, Fernando García Jodrá (captados por la banda en 1993) y Unai López de Ocáriz López entraron en la nómina de ETA para dedicarse al crimen terrorista a tiempo completo a primeros del año pasado. Éstos son los historiales delictivos de los tres liberados detenidos.
- Fernando García Jodrá. El currículo facilitado por la Guardia Civil asegura que este terrorista, nacido hace 30 años en Bilbao, ingresó en un grupo Y de ETA en 1991, con el que participó en numerosos actos de terrorismo callejero, como el lanzamiento de cócteles mólotov contra la compañía de seguros Aurora Polar, en septiembre de 1992. En 1993 es captado por el etarra José Luis Martín Carmona para integrase en un grupo de apoyo del comando Vizcaya, con el que intentó asesinar con una bomba lapa en Bilbao a un guardia civil, el 12 de julio de 1994. Tras recibir un cursillo de armas y explosivos, escapó de un operativo de la Ertzaintza y se puso en paradero desconocido. Su pista se recuperó en marzo de 2000, cuando entró en Cataluña para reorganizar el comando Barcelona junto a José Ignacio Cruchaga y Lierni Armendariz (ambos ya detenidos). Con estos terroristas participó directamente, entre septiembre de 2000 y enero de 2001, en siete atentados en Cataluña, entre ellos los asesinatos del edil del PP José Luis Ruiz Casado, del ex ministro socialista Ernest Lluch, del también edil del PP Francisco Cano Consuegra y del guardia urbano de Barcelona Juan Miguel Cervilla. Su paradero se desconocía desde la detención de sus compañeros de comando, el 11 de enero de 2001.
- Nerea Bengoa Ciarsolo. Vitoriana de 29 años, fue captada por la banda en 1993, aunque comenzó a trabajar como colaboradora de un comando de liberados de Álava en 1995, al que proporcionó nombres de jóvenes dispuestos a alistarse en ETA, alquiló pisos de infraestructura, comprobó datos de objetivos, falsificó matrículas y construyó bombas, siempre según la Guardia Civil. El 25 de diciembre de 1995, fue detenida por la Ertzaintza en unión del resto de miembros de su comando de Álava, al que se le incautó una gran cantidad de armas y explosivos. Los jueces la mandaron a prisión en 1996, de la que salió en libertad provisional en diciembre de 1998. No acudió a su juicio, que debía celebrarse en septiembre de 2000, por lo que la Audiencia Nacional dictó orden de busca y captura.
- Unai López de Ocáriz López. Como García Jodrá, este vitoriano de 25 años se fogueó en los grupos Y de Álava. De hecho, el 14 de mayo de 1997 fue condenado por la Audiencia Nacional a una multa de 500.000 pesetas por colocar un artefacto incendiario en la Caja Vital de Vitoria, el 31 de octubre de 1992. La condena fue atenuada porque el delito lo cometió siendo aún menor de edad. ETA lo alistó en un comando de legales (sin fichar) durante la tregua, con el que supuestamente participó, en julio del año pasado, en dos atentados contra la Caja Vital de Vitoria. El 16 de agosto de 2000, puso pies en polvorosa cuando la Ertzaintza desarticuló el comando Áraba. La policía autónoma vasca halló en el piso que ocupaba en la capital alavesa, registrado el 19 de agosto, abundante material explosivo y granadas.
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