El Consejo de Seguridad macedonio llama a 'eliminar la amenaza' de la guerrilla albanesa
Duros enfrentamientos en el norte del país a pesar del acuerdo de paz de Ohrid
El Consejo de Seguridad, el máximo órgano de defensa de Macedonia, donde se sientan el presidente Boris Trajkovski, un nacionalista moderado, y el primer ministro ultranacionalista Ljubco Georgievski, emitió un comunicado la noche del miércoles que deja en una situación precaria el acuerdo de paz alcanzado unas horas antes en Ohrid. En dicho Consejo no participa ningún representante albanés después de la dimisión del vicepresidente del Parlamento, Iliaz Halimi, porque no lo convocaron a una reunión de ese gremio días atrás.
El Consejo, tras 'constatar que la situación de seguridad en el país es crítica', preconiza medidas enérgicas para eliminar esa amenaza. La versión de la agencia France Presse emplea incluso la expresión 'aniquilar' las amenazas contra las fuerzas de seguridad y los ciudadanos. Según el Consejo, 'sin el uso de la fuerza no se puede establecer el pleno respeto al alto el fuego por parte de las estructuras paramilitares y bandas terroristas, ni se pueden crear las condiciones para que el acuerdo político sobre una salida de la crisis tenga un efecto verdadero'. Además, el Consejo expone que 'la tendencia a las violaciones brutales' del alto el fuego 'pone seriamente en entredicho la credibilidad' de la OTAN.
La declaración del alto organismo de defensa macedonio arroja dudas fundadas sobre la viabilidad del acuerdo de paz. Por añadidura, los enfrentamientos continuaron durante el día en Tetovo y su región después de una noche de disturbios y actos de vandalismo contra las propiedades de los albaneses en la capital Skopje y en Prilep, de donde procedían algunos de los soldados muertos el miércoles en la emboscada del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En Prilep decenas de eslavos enardecidos incendiaron la mezquita de la ciudad. La sinrazón de estos actos de vandalismo queda de manifiesto con el hecho de que tres de los ocho soldados muertos por los disparos del ELN eran macedonios musulmanes. No eran albaneses, sino musulmanes de alguna de las minorías étnicas que viven en Macedonia. No parece previsible que esos muertos se alegrasen de la quema de la mezquita de Prilep.
En el pueblo de Ratae, al noroeste de Tetovo, un policía murió tras un ataque de la guerrilla. La agencia Reuters informa, sin haber podido confirmarlo con una fuente independiente, de la muerte de un joven albanés de 14 años a manos de paramilitares eslavos. Cerca de Tetovo, la guerrilla secuestró el miércoles a seis macedonios eslavos. El día anterior, el ELN había liberado a otros cinco secuestrados, tras haberles gravado con navajas en el cuerpo las letras UCK, iniciales en albanés del ELN. En Tetovo el ELN atacó durante todo el día el cuartel de las fuerzas de policía.
Los enfrentamientos y la declaración del Consejo de Seguridad hacen temer por la posibilidad de la intervención de la OTAN para desarmar a los alzados del ELN. En las declaraciones de varios políticos y observadores se advierte un aumento del escepticismo. El emisario de la Unión Europea, el francés François Léotard, dijo en Ohrid: 'Espero que ahora sea posible conseguir la paz sobre el terreno y estabilizar la situación, pero sé que se trata de algo muy complejo'.
'Contar los pollos'
Un portavoz del Departamento de Estado en Washington advirtió contra un exceso de optimismo por el acuerdo de paz de Ohrid y advirtió contra el riesgo de 'contar los pollos antes de incubarlos', una variante del dicho vender la piel antes de cazar el oso. La emboscada en la que murieron ocho soldados y dos oficiales del Ejército macedonio le ha costado el puesto al jefe del Estado mayor, Pande Petrovski, destituído por el presidente Trajkovski, comandante supremo de las fuerzas armadas.
El ministro de Defensa, Vlado Buckovski, dirigió un mensaje al país en el que apeló a la calma para evitar la guerra civil. Buckovski, un político moderado, dijo sobre la muerte de los soldados en la emboscada: 'Demos una oportunidad a la paz. Hagamos que esta gran tragedia marque el fin de la guerra y no el comienzo de una guerra civil sangrienta'. Añadió el ministro: 'Es difícil en estos momentos encontrar las palabras para pedir a la gente paciencia y pensar en la paz, pero, creedme, la situación sería mucho más difícil para el pueblo si la guerra se extendiese por todos los hogares'.
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