Blancos sin temporada

La época estival suele ser la más adecuada para recomendar un vino blanco, por el simple hecho de que con el calor los mostos blancos son mucho más apetecibles. Sin embargo, la razón de traer un blanco a esta líneas tiene que ver con la tesis que siempre hemos defendido. Para amar los vinos siempre hay que empezar por degustar los blancos y no sólo en verano. Mostos jóvenes, frutales y divertidos tienen que ser como la primera cartilla de nuestra etapa escolar.

Pero no hay que quedarse ahí. Debemos de empezar a gozar con los blancos más complejos, serios y profundos que están surgiendo por todas las denominaciones de origen peninsulares.

Desde esta tribuna nos gusta hablar de joyas en formar de pequeñas y glamourosas bodegas que luchan por hacerse un hueco en el selecto y competitivo mercado del vino. Sin embargo, a veces tenemos que hablar de las grandes que aportan al mercado menos glamour y más inversiones multimillonarias.

A pesar de todo, no se puede dejar de aludir a uno los grandes grupos, Bodegas y Bebidas, y una de sus explotaciones, Bodegas Aura. Acaba de sacar al mercado un vino blanco de calidad que rompe moldes en su elaboración con la fermentación de dos variedades de la Denominación de Origen Rueda como son la verdejo y la sauvignon blanc.

El proceso de fermentación se realiza en barricas de roble francés para dar paso a un vino profundo de color amarillo pajizo con tonos verdosos y aromas frutales y especiados. En boca es amplio, con estructura. En resumen, un gran blanco que demuestra que las grandes firmas también lo saben hacer bien.