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Diez expertos repasan la historia y las metáforas del pensamiento utópico

Una decena de estudiosos del pensamiento utópico se ha reunido esta semana en Santander para analizar las diferencias entre antiguas y nuevas utopías. Además de repasar la historia y las distintas formas de representación de la utopía, analizaron qué efectos críticos tiene la tradición utópica en la actualidad, con la globalización como telón de fondo. El encuentro, dirigido por el catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia Francisco Jarauta, formó parte de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Jarauta resume tres metáforas esenciales. Cuenta que la utopía comenzó por residir en una isla, como la Atlántida de Platón, la Tahití de Gauguin, e incluso la Isla del Doctor Moreau. Se trasladó en el Renacimiento a las ciudades, con el objetivo de construir una ciudad ideal y plasmarse en la arquitectura. Y a finales del siglo XVIII, invitada por pensadores como Le Fourier, Owen o Marx, pasó a residir en el deseo de construir una nueva sociedad. Tres visiones que, a juicio de Jarauta, han saltado hoy día por los aires.

'El pensamiento utópico recorre ahora otros territorios, como la revolución genética o los efectos de las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación, pero ya no informa de manera determinante sobre proyectos históricos o sociales', sostiene.

Reto ante la globalización

Sin embargo, reacio a definir la época actual como postutópica, Jarauta opina que es 'un reto urgente' desarrollar una perspectiva filosófica crítica con las consecuencias de la globalización, la falta de respeto al medio ambiente o 'las desigualdades ilegítimas'. La comunicación social planetaria, la salud universal y perpetua y la mundialización más allá de la pobreza son algunas de las nuevas utopías surgidas de la globalización que apuntó Jarauta en la clausura del encuentro.

El recorrido por los lugares canónicos en la historia del pensamiento utópico realizado en el curso trazó recorridos entre el Ulises de Homero y el Ulises de Joyce. Recordó a Tomás Moro y recuperó la dolorosa apuesta por la utopía que imaginó a comienzos del siglo XVII Tommaso Campanella.

El filósofo italiano Remo Bodei explicó el origen de las utopías en el siglo XVIII como lugar de convergencia de dos discursos teóricos, la filosofía de la historia y la teoría de la utopía. De ahí surgió, dijo, la 'magnífica tensión utópica que depositó en manos de los hombres la responsabilidad de construir un futuro social'.

El profesor de Filosofía de las Ideas de la Universidad de Ginebra Bronislaw Baczko advirtió del peligro que corren las utopías en su relación con el poder. Baczko señaló que 'una de las grandes lacras del siglo pasado fue comprobar que las utopías se pueden manipular, como lo demostraron los regímenes totalitarios'. A su juicio, algunos aspectos que convierten en manipulable la utopía siguen vigentes, como lo prueban muchos fanatismos políticos y religiosos.

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