La banda terrorista mata a balazos a un jefe de la policía autonómica en Guipúzcoa
Mikel Uribe era jefe de la Unidad de Inspección de la Ertzaintza y miembro de ELA
El mando policial fue tiroteado cuando se encontraba en el interior de su coche, un Land Rover Discovery, que presentaba los cristales rotos y estaba aparcado en una calle lateral de la sociedad a la que se dirigía. Un testigo presencial relató a Radio Euskadi que varios desconocidos, una o dos personas, se acercaron al coche y dispararon dos ráfagas de al menos una docena de tiros. Incluso uno de los etarras se acercó al policía y efectuó sus disparos a corta distancia.
El consejero de Interior, Javier Balza, declaró ayer que, debido al número de impactos, la Ertzaintza sospecha que los terroristas utilizaron un subfusil para cometer el atentado.
'¡Le han disparado a Miguel Mari! Y nosotros hemos estado agachados', fueron las palabras de este testigo, corroboradas más tarde por quienes se encontraban en el interior de la sociedad gastronómica, amigos del ertzaina tiroteado, que le esperaban para cenar.
La víctima recibió los primeros auxilios en el lugar de los hechos pero, al encontrarse con vida, fue trasladado por los servicios sanitarios al Hospital Arantzazu, de San Sebastián.
Uribe fue ingresado a las nueve de la noche y presentaba 'muchos orificios con proyectiles de bala en hemitórax y cuello'. Al ingresar presentaba parada cardiorespiratoria y, tras los esfuerzos médicos que inicialmente consiguieron revertir el estado de la víctima, Mikel Uribe falleció poco antes de las diez de la noche, según el parte facilitado por el gerente del centro.
Los autores del atentado que dispararon contra el mando policial -se desconoce si eran dos o tres- se dieron a la fuga en un turismo, un Renault 19 de color crema que fue abandonado con una bomba en su interior en el aparcamiento de la empresa Voit, una zona que no tiene casas en las proximidades y que corresponde a la calle Arramele de Tolosa, la ciudad más próxima, situada a unos cinco kilómetros de Leaburu. La bomba hizo explosión pasadas las nueve de la noche provocando su destrucción sin haber producido heridos en la deflagración.
El coche había sido robado el pasado mes de enero en la localidad de Rentería (Guipúzcoa) y le habían colocado placas de matrícula dobladas , que corresponden a otro coche del mismo modelo. Tras el atentado, con los datos proporcionados por los testigos, la Erztaintza realizó un despliegue para tratar de localizar el vehículo de los fugitivos. Esta operación de control le permitió localizar en el Alto de Gaintxurizketa, cerca de Irún, el Renault 19 cuyas placas habían sido copiadas por los etarras. Aunque interceptó el vehículo, poco después la policía autonómica dejó en libertad a su propietario.
Mikel Uribe tenía 44 años, estaba casado y tenía una hija. Vivía en la localidad guipuzcoana de Legorreta. El mando policial fue miembro de la segunda promoción de la Ertzaintza y había desempeñado la jefatura en distintas unidades policiales en Guipúzcoa, entre ellas la comisaría de Hernani, al frente de la cual estuvo hasta hace cinco años, así como de la comisaría de Irún. También desempeñó el cargo de jefe de Tráfico de Guipúzcoa.
En la actualidad era el máximo responsable de la Unidad de Inspección de la Ertzaintza en Guipúzcoa, un servicio de la policía vasca que se ocupa de los asuntos internos, los procedimientos disciplinarios y el control del absentismo en el seno de la policía autonómica. Había ascendido a subcomisario hace aproximadamente un año y medio, cuando salió la última promoción de esta categoría profesional.
Mikel Uribe, que tenía tres hermanos, uno de ellos también agente autonómico, estaba afiliado al sindicato nacionalista ELA, que expresó ayer su condena y dolor, así como su solidaridad y apoyo a la familia y a todo el colectivo de la policía vasca. El secretario general de ese sindicato, José Elorrieta, se desplazó en la noche de ayer hasta el hospital Aránzazu. A ese mismo centro, en San Sebastián, acudieron en las horas siguientes al atentado el presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe; su portavoz, Josu Jon Imaz, y el recién confirmado consejero de Interior, Javier Balza, así como el obispo de la diócesis, Juan José Uriarte.
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