Tres cámaras y una página 'web' permiten seguir la restauración de 'Moisés'
El conjunto monumental que acoge la estatua de Miguel Ángel está cerrado desde 1999
El turista que recorre las calles y plazas de Roma a pleno sol para encontrarse frente a frente con los monumentos admirados mil veces en los libros de arte se da de bruces, no pocas veces, con un escueto andamio. Ocurrió el año previo al Jubileo de 2000, cuando hasta la fuente de los Quattro Fiumi, en la plaza Navona, estuvo medio tapada por paneles de plástico, e incluso el Año Santo los peregrinos se tropezaron con desagradables sorpresas en medio de todas las bellezas romanas. No les ocurrirá lo mismo a quienes entren en la famosa iglesia de San Pietro in Vincoli, donde desde 1999 se lleva a cabo la restauración y limpieza del conjunto escultórico de la tumba del papa Julio II, que incluye la espléndida estatua de Moisés, esculpida por Miguel Ángel, además de las paredes y la bóveda de la capilla lateral donde se encuentran. El ala donde trabajan media docena de técnicos y especialistas, vestidos con sus batas blancas y provistos de escalpelo, se ha convertido en una verdadera atracción, no sólo para quienes ponen un pie en el templo, sino para los que, agobiados por el calor y la masa humana que se desplaza por las calles de Roma, prefieren verlo por Internet.
Misterios
Tres cámaras digitales permiten seguir el proceso de limpieza que va dejando el mármol liso y perfecto. En el sitio www.progettomose.it, el internauta participa en una versión artística del Gran Hermano, con su legión de mirones dispuestos a desentrañar los misterios de la técnica y la historia. Una vez en el sitio de Internet, se puede clicar sobre cualquiera de las cámaras y adentrarse en la estatua, o buscar información sobre su historia y la del propio Miguel Ángel. Los visitantes que llegan a este templo del Colle Oppio, no lejos de las ruinas impecables de los Foros Imperiales y del Coliseo, recuperado como escenario teatral y espacio de exposiciones, se encuentran con un regalo adicional, contemplar la estatua de Julio II bien de cerca. Gracias a una especie de pasarela colocada a 4,4 metros de altura, sobre el andamio donde trabajan los restauradores, protegido por planchas de PVC transparente, los turistas pueden seguir de cerca el proceso. Ni que decir tiene que los expertos italianos han estudiado la instalación hasta los últimos detalles para que sea armoniosa con el conjunto escultórico. Es como si la obra en dos planos, en la que Miguel Ángel trabajó alternativamente a lo largo de 40 años, a partir de 1505, se hubiera convertido en un escenario multimedia, accesible, según el responsable de comunicación del equipo, Alberto Abbruzzese, citado por el diario La Repubblica, en cualquier sitio a la experiencia individual y colectiva'.
Grandes fotografias realizadas por Helmut Newton y hasta una columna sonora con la Suite for Moses, del compositor Michael Nyman, acompañan la perfecta puesta en escena de este especialísimo taller de restauración. En la penumbra de San Pietro in Vincoli se ha abierto así un ángulo de luz, que ilumina todos los sentidos de los visitantes reales o virtuales y estimula su curiosidad hacia la obra. Para el nuevo ministro de Cultura, Giuliano Urbani, que inauguró el miércoles esta nueva iniciativa cultural, la experiencia del Moisés constituye una novedad importante: las obras de restauración se ofrecen sin andamios, ante la mirada de todos en pleno proceso de examen y con polémica. La restauración no ha estado exenta de nuevas aportaciones que darán seguramente que hablar.El responsable del proyecto, Antonio Forcellino, ha descubierto la mano de Miguel Ángel en la estatua de Julio II, atribuida a Tommaso Boscoli, un escultor del mismo taller del artista. El Moisés estará restaurado este invierno pero la polémica que ha suscitado Forcellino entre los estudiosos está destinada a prolongarse más.
Babelia
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