Calor, agua y aire
La legionelosis sólo se transmite por inhalación y se combate con un antibiótico
A la legionella, la bacteria que causa la legionelosis, le gusta el calor. Para reproducirse necesita una temperatura superior a los 25 grados, y, si ronda los 37 grados, mejor. Por eso los primeros casos se detectaron en zonas de veraneo (también se llamó enfermedad del turista) y entre los legionarios destacados en África hace unos 25 años. Éstas son sus principales características.
- Origen. Es una bacteria ambiental. Se encuentra de manera natural en las superficies de ríos, lagos y estanques, desde donde pasa a colonizar los sistemas de suministro de agua de las ciudades y los polígonos industriales.
- Forma de contagio. No se transmite por el contacto entre personas o por los alimentos ni la bebida. Tampoco ha habido casos de transmisión de animales al hombre. El peligro viene cuando se conjugan dos factores, una temperatura apropiada para que la legionella prolifere, y un sistema de aspersión que deja gotas minúsculas en el aire que el hombre respira.
- Focos. Los más frecuentes son los sistemas de refrigeración, que expulsan aire húmedo al entorno de los edificios. También son fuentes de contagio los sistemas de riesgo por aspersión, las piscinas climatizadas y, en algunos casos, el agua de las duchas calientes, sobre todo si las cañerías o los depósitos por los que pasa el agua están muy sucios. La porquería que se acumula en las conducciones -la biomasa- sirve de alimento para la bacteria, y facilita su dispersión. El otro foco de contagio son los hospitales, sobre todo los respiradores médicos. Ahí la legionella juega con ventaja: se hace resistente a los antibióticos en quirófanos y zonas de espera, y coloniza personas enfermas y con menos defensas.
- Incubación. El hombre inhala aire con minúsculas gotitas que transportan la bacteria, y este aerosol llega a los pulmones. El cuerpo humano reúne las condiciones ideales para que la legionella prolifere: un ambiente húmedo y a 37 grados de temperatura. En una persona sana, el sistema inmunológico se encarga de deshacerse de la infección. El periodo de incubación de la legionelosis oscila entre los dos y los diez días.
- Grupos de riesgo. Quienes corren más peligro de infección son los mayores, los niños o enfermos con problemas cardiorrespiratorios o inmunodeprimidos. Sus defensas no son capaces de deshacerse de la bacteria, lo que puede acabar en una neumonía. Se combate con la eritromicina, un antibiótico muy corriente.
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