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Reportaje:

Aprendiendo a dar

La policía sevillana inaugura un curso de equitación como terapia para jóvenes con síndrome de Down

Una salva de aplausos acompaña a Miguel, de 14 años, cuando termina de dar su vuelta a lomos de un obediente equino policial. Es la demostración de cariño de sus compañeros, chavales de entre 13 y 22 años, que han ido hasta el Cortijo del Cuarto, en las afueras de Sevilla, para aprender algo más sobre estos nobles animales y sobre sí mismos.

Todos los chicos están afectados por el síndrome de Down. La mayoría jamás se ha subido a un caballo y la excitación del momento se refleja en sus rostros y en su algarabía que varios educadores se encargan de contener.

Según Adela Iglesias López, coordinadora de la visita y educadora de la Asociación Síndrome de Down de Sevilla y Provincia, a la que todos los chicos pertenecen, las terapias con animales se han hecho progresivamente más importantes en los últimos años. El trato con perros y delfines, por ejemplo, han sido de gran ayuda para algunos autistas. En este caso serán los dóciles caballos de la policía los utilizados, durante tres horas cada viernes de julio, para intentar ayudar a los chavales en su integración en la sociedad.

'Los niños con síndrome de Down suelen estar sobreprotegidos por sus padres', dice Adela, 'y la experiencia puede ayudar en gran medida a paliar la falta de confianza en sí mismos que este exceso de celo paterno acarrea'. Se trata de reforzar su autoestima y conseguir que sean capaces de hacer el mayor número de cosas posibles, de modo independiente y cuanto antes. Así, no sólo se les imparten clases básicas de monta, sino que deberán aprender también a alimentar y limpiar a los animales para ganar confianza y acostumbrarse, en palabras de los educadores, 'a dar y no sólo a recibir'.

De hecho, muchos de los padres tenían cierto miedo ante la nueva experiencia y han acribillado a Adela con sus prevenciones. Miguel Esteve, uno de ellos, parece ya más tranquilo una vez en el recinto. Permanece en la grada, con semblante orgulloso, grabando en vídeo las evoluciones de su hijo, que cabalga ya con cierta soltura a lomos de un caballo castaño que escoltan dos policías.

Miguel es natural de Valencia aunque reside hace años en Sevilla y afirma que la falta de profesionales cualificados para el tratamiento de estas minusvalías era casi total en la ciudad hasta que apareció la asociación. Él se siente agradecido por el nuevo enfoque que los expertos han dado a su relación con su propio hijo. Ahora dice haber comprendido que lo necesario es empujarlo a valerse por sus propios medios. Su hijo ya ha montado en otras ocasiones y recibe además clases de danza móvil, una terapia de baile para minusválidos.

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Después de la experiencia con los caballos los niños dan un paseo en vehículos policiales, donde se les deja hablar por radio. 'Somos la policía', truenan los megáfonos con la voz de una niña. Tras la comida, se les llevará a ver una exhibición con perros, todo ello en un intento de que aprendan a identificar correctamente la figura de los agentes y su función.

Todos los organizadores se muestran satisfechos ante las evoluciones de los chicos. La policía de Sevilla viene desarrollando este tipo de programas para jóvenes desde hace tiempo, pero es la primera vez que se llevan a cabo con afectados por el síndrome de Down. En cuanto a la asociación, lleva cuatro años funcionando y trata a 183 afectados, niños y adultos, de toda la provincia. Curiosamente todos los educadores que trabajan en la asociación, nueve en total, son mujeres.

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